Los ensayos realizados en Alemania revelan que el aceite de colza no daña, el motor y que en los gases de escae hay una concentración menor de hollín y una ausencia casi total de azufre.

Sin embargo, los trabajos desarrollados en el Estado Federal de Baviera por la Sociedad de Utilización de Materias Primas Renovables también confirmaron que el consumo de combustile aumentó entre un cinco y un diez por ciento en relación con los motores tradicionales de diesel y una pérdida de potencia del 5%.

Otros inconvenientes radican en que el aceite de colza hace porosas las conducciones de goma y al quemarse produe un olor que puede resultar desagradable.

Estos problemas se podrían solucionar con facilidad utilizando un catalizador de oxidación que ayuda a reducir la emisión de partículas y empleando conducciones de acero o de caucho fluorado para evitar fugas.