La operación, realizada con mandamiento judicial y con la presencia de la secretaria del juzgado, tenía la finalidad de detener a Jesús Sanz y Concepción Fuster, propietarios del piso, que tenían alquilado a las ancianas, y a quienes se les implica en el tráfico de drogas.

Según informaron a Servimedia fuentes de la Dirección General de la Policía, los agentes llamaron a la puerta de la vivienda,tras lo cual una de las dos ancianas, Balbina Pastor, de 85 años, abrió. Sin embargo, al decirle los funcionarios que eran de la policía, la anciana se asustó y cerró de golpe.

Esta actitud incrementó las sospechas de los agentes sobre la existencia de un posible delito de narcotráfico en la vivienda, por lo que procedieron a derribar la puerta a patadas.

Ante esta acción, las ancianas entregaron a los funcionarios la llave de acceso al piso por debajo de la puerta y los agentes entraron en la viienda, comprobando que sus sospechas no eran ciertas, según las citadas fuentes.

Las fuentes de la Dirección General de la Policía añadieron que durante este incidente el propietario del bar "Cal Gallego", donde los policías habían estado con anterioridad, se personó en la vivienda de las ancianas y amenazó a los policías con "montar un escándalo en la prensa".

Asimismo, según recogen hoy diversos medios de comunicación, José Pérez afirmó que los agentes bebieron en abundancia y que uno de ellos articipó en el registro con evidentes muestras de ebriedad y agresividad, extremo que, según afirmó el portavoz policial, no está recogido en el acta judicial del registro efectuada por la secretaria.