De acuerdo con el informe, estas dos grietas están situadas en el soporte de un difusor y en un elemento denominado "barrilete", ambasen el interior de la vasija nuclear.

En opinión de la empresa propietaria y gestora de la Central Nuclear de Santa María de Garoña, "estas grietas son del mismo tipo que las detectadas en otras centrales nucleares de Europa, y no suponen ningún peligro para la seguridad de la planta".

Por su parte, el portavoz de la Coordinadora contra Garoña, Jon Kepa Iradi, aseguró que "estas grietas podrían causar fugas radiactivas en el interior de la vasija, lo que podría llevar aparejada alguna avería grave.

Asimismo, la Coordinadora contra Garoña ha aprovechado para pedir una vez más el cierre de la central, que la semana pasada alcanzó el 100% de su actividad después de una parada de dos meses, afrontando así el decimooctavo ciclo productivo de su larga vida, que se alargará hasta 1996.

El Consejo de Seguridad Nuclear ha recomendado a los gestores de Garoña que, en estos dos años que quedan hasta 1996, se haga un seguimiento especial de esos dos elementos en los que se han detectado las grietas. El próximo viernes, la Coordinadora contra Garoña se reunirá con carácter de urgencia para hablar de las posibles consecuencias que podrían derivarse del descubrimiento de esas grietas y para manifestar publicamente su deseo de que la central sea clausurada.