De esta forma, Fernández-Miranda somete este programa a la opinión de partidos políticos, sindicatos y ONG que comparecerán en esta subcomisión, a fin de recoger nuevas propuestas en políticas de inmigración.

El GRECO, que Fernández-Miranda presentó a los medios de comunicación el pasado 10 de octubre, tiene cuatro líneas básicas, que contienen 23 acciones desdobladas en 72 medidas concretas.

La primera línea básica es la realización de un diseño global y cordinado de la inmigración como fenómeno deseable para España en el marco de la Unión Europea. Se trata de saber hasta cuándo y cuántos inmigrantes podemos acoger. En este punto, es importante la participación de ayuntamientos y comunidades autónomas, así como gestionar la llegada de inmigrantes desde los países de origen, mediante la firma de convenios que aborden todos los aspectos del fenómeno migratorio.

La segunda línea básica pretende la integración de los residentes extranjeros y sus familias. E este sentido, se intenta alcanzar el ejercicio pleno de los derechos de los que son titulares las personas inmigrantes y la incorporación de los inmigrantes al mercado de trabajo, en igualdad de condiciones que los españoles.

La tercera línea básica es la regulación de los flujos migratorios para garantizar la convivencia en la sociedad española. Se trata de potenciar la actuación en los controles fronterizos, lucha contra las redes de inmigración ilegal y mejorar los mecanismos destinados a luchar cntra la inmigración irregular.

Finalmente, la cuarta línea básica pretende el mantenimiento del sistema de protección para los refugiados y desplazados. Así, es necesario adaptar la normativa de asilo a las directrices que emanen de la Unión Europea.

El programa GRECO tendrá carácter plurianual, por lo que su aplicación se llevará a cabo durante el período 2000-2004. En su ejecución participan los siete ministerios que tienen competencias en inmigración.