EL INJUVE INVITA A RECURRIR A LA POLICIA SI EL PORTERO DE UN OCAL IMPIDE LA ENTRADA Y NINGUN CARTEL FIJA LAS CONDICIONES
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Bajo el título "Derecho de admisión: ¡Haz que se cumpla!", el Instituto de la Juventud (Injuve) ha editado un folleto informativo donde invita a los usuarios de salas de fiesta, "pubs", discotecas y lugares de copas a recurrir a las fuerzas de seguridad del Estado si esos establecimientos no les dejan entrar y no están claramente reflejados en los accesos los requisitos y el precio para poder acceder a su interio.
Durante el año pasado, un total de 35 locales públicos de diversión de Madrid fueron denunciados (algunos en varias ocasiones) por hacer uso arbitario del derecho de admisión, al negar la entrada a determinadas personas por su vestimenta o aspecto personal, según datos facilitados a Servimedia por el área de Seguridad y Policía Municipal del Ayuntamiento.
El derecho de admisión está reconocido en todos los espectáculos, deportes, juegos, recreos y locales destinados al público, independientemene de que sean de titularidad pública o privada, pero su ejercicio requiere la exposición bien visible de carteles o publicidad en la entrada, en los cuales se especifiquen de forma clara los requisitos necesarios para poder entrar.
"¿Cuántas veces habéis llegado a la puerta de una discoteca o de un bar musical y no os han dejado entrar?", dice el tríptico. Y a continuación describe de la siguiente forma lo que suele ocurrir en estos casos: individuo en la entrada que impide el paso, petición de requisto (dinero, número de personas que son, determinada vestimenta, etc.), observación atónita de cómo otros pasan sin atender a ninguna de esas exigencias, media vuelta o bronca con el portero.
"Si te has visto involucrado en todas estas situaciones y además el portero del local te ha amenazado verbalmente o te ha agredido físicamente, has de saber que tal hecho debe ser inspeccionado y sancionado como causa de incitación al alboroto y al tumulto", asegura el Instituto de la Juventud.
Asimismo, la lgislación prohíbe llevar armas u otra clase de objetos que puedan usarse como tales en esta clase de establecimientos, tanto a los empleados como a los usuarios.
DENUNCIAS
Los pasos que propone el Injuve son los siguientes: "Exige siempre la exposición de carteles donde hagan constancia los requisitos para entrar y los precios de las entradas. Si no los tienen, que suele ser regla general en nuestras ciudades, pide la hoja de reclamaciones y expón en ella todo lo que te haya ocurrido, haciendo uso d tu DNI".
En caso de que no sean entregadas las hojas de reclamaciones, "vete en busca de la autoridad competente" y "exige una copia del atestado o denuncia". El folleto invita, en definitiva, a acudir a la Policía Municipal o a las fuerzas de seguridad del Estado en caso de irregularidades.
"No pienses que no vale la pena; al contrario, sirve muchísimo", insiste el Instituto de la Juventud. "Las multas y suspensiones no tardan en caer, así que ya lo sabes, 'no te cortes y actúa'", anima este oranismo.
Las zonas de Madrid donde más se practica de forma arbitraria el derecho de admisión son los distritos de Centro, Chamberí y Moncloa y locales situados en la Plaza de Santa Ana, Paseo de Recoletos, Paseo de Pintor Rosales y las calles Barceló, Orense, Guzmán el Bueno y Duque de Sesto, entre otros.
El establecimiento que más reclamaciones tuvo en 1991 fue el "pub" "La Chata", ubicado en el Paseo del Pintor Rosales, que cada mes tuvo un mínimo de una denuncia, en algunos casos por llevar cacetines blancos o por vestir cazadoras deportivas.
Otros locales que acumularon un mayor número de quejas fueron el café-teatro "Torero", situado en la calle Cruz; la discoteca "Open Gate", en Princesa; los "pubs" "Ricorda" y "La Sal", ambos en Guzmán el Bueno, y la discoteca "Golden", en la calle Duque de Sesto.
(SERVIMEDIA)
20 Feb 1992
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