según consta en el informe que el Gobierno ha remitido al diputado del PP por Barcelona Salvador Sanz, la primera causa que dio lugar el pasado 10 de junio al hundimiento del puente fue "una avenida extraordinaria a consecuencia de las intensas lluvias caídas en las horas anteriores en toda la cuenca vertiente".

"Estas lluvias", prosigue la respuesta remitida a Sanz, "hicieron que el Torrente Mal y la Riera de Magarola llevaran un caudal de agua extraordinario, con un ran poder erosivo del lecho del río y una alta capacidad de transporte de materiales que han dado lugar a todos los daños observados".

En este sentido, el informe señala que en la inspección que de la estructura realizó el CEDEX en 1992 para la Dirección General de Carreteras, "ésta no presentaba en su superestructura (tablero) y subestructura (pilas), daños que no fueran los propios del paso del tiempo en su tipología. Por tanto, no implicaban ninguna disminución de consideración en su capacidad resitente inicial".

Por todo ello, el informe concluye que "las intensas lluvias provocaron el derrumbamiento del puente sobre la carretera N-II" y descarta defectos de construcción.