Según un informe de la Cámara de Comercio de Madrid ---------------------------------------------------
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La caída de la competitividad de la economía española se debe especialmente a la "fuerte" subida de los costes laborales unitario y a que está "excesivamente" intervenida y regulada, según un estudio de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid hecho público hoy, con el título "Por qué no somos competitivos".
Los responsables de la Cámara madrileña consideran que la restauración de la competitividad de la economía española "debe ser una prioridad para la política económica del Gobierno", ya que de ella depende la supervivencia de las empresas y el desarrollo de país en la Europa de 1993.
Otros factores que han motivado e descenso de la competitividad española, según el estudio, son la dificultad de las empresas para adaptarse a las nuevas exigencias de la demanda, el diferencial de inflación que nos separa de las economías del Sistema Monetario Europeo y los elevados costes fiscales, laborales y financieros que soportan las empresas españolas.
En definitiva, según la Cámara, las causas de la escasa competitividad de nuestra economía son de carácter macroeconómico y microeconómico. Los responsables de este organismo cnsideran que el saldo de la balanza de pagos por cuenta corriente, que en 1990 registró un déficit del 3,5 por ciento del PIB, es un buen indicador de la competitividad de una economía.
A juicio de los autores del informe, "la única forma de evitar a largo plazo un agujero exterior insostenible es fomentar el ahorro, lo que exige que el Estado elimine su déficit, que absorbe ya un 14 por ciento del ahorro privado nacional y presiona al alza los tipos de interés y de cambio, lesionando la competitivida de las empresas".
MENOR PRODUCTIVIDAD
Según la Cámara, la variable más significativa para conocer la capacidad competitiva de una economía es su productividad. Según este organismo, mientras entre 1983 y 1986 la productividad creció en España un 2,7 por ciento, en el último trienio sólo aumentó un 0,7 por ciento.
En concreto, la productividad del factor trabajo cayó casi tres puntos, "lo que unido al importante crecimiento experimentado por los salarios en el último bienio ha elevado los coste empresariales, reduciendo la competitividad de las empresas".
En cuanto al precio del factor trabajo, el estudio señala que durante varias décadas España ha disfrutado de una ventaja comparativa con el resto de países en esta materia, pero la ha ido perdiendo a partir de la década de los sesenta. Según la Cámara, entre 1981 y 1988 España registró la más fuerte subida de los costes laborales unitarios de todos los países de la OCDE.
En 1990 los costes laborales crecieron en España un 9 por ciento casi el doble que el incremento medio comunitario. Ello, en opinión de los responsables de la Cámara, "ha tenido un impacto muy negativo sobre la posición competitiva de las empresas españolas".
EXCESIVA INTERVENCION
Para la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, la economía española está "excesivamente intervenida y regulada", lo que reduce su eficiencia y competitividad, ya que, a su juicio, el intervencionismo introduce una fuerte rigidez en los mercados, haciéndoles muy vulnerables a los choues externos e incapaces de sobrevivir en un entorno económico abierto.
"La experiencia enseña que en las empresas que actúan en sectores regulados la rentabilidad se reduce, la innovación se debilita y gran parte de los recursos se destinan a conseguir que el sector público introduzca o mantenga intervenciones que les resultan favorables", añade el informe.
Sus autores insisten en la necesidad de desarrollar una economía mucho menos intervenida, en la que los agentes puedan desplegar sus iniciatvas. "La mejor política de competitividad", aseguran, "es la que fomenta la flexibilidad del sistema económico".
Otro factor que contribuye a la baja competitividad de la economía española, a juicio de la Cámara de Comercio de Madrid, es "la clara insuficiencia en materia de infraestructuras existente en nuestro país", lo que conlleva una considerable elevación de los costes de transporte y tiempo, cuya repercusión sobre la competitividad es decisiva.
(SERVIMEDIA)
02 Mar 1991