Este documento, publicado en el boletín de enero del RIE y recogido por Servimedia, analiza el aumento de los riesgos que vive el contingente español, formado por unos 700 militares, en Afganistán.

Además, advierte de que "hay que tener en cuenta los secuestros, dada la frecuencia con la que los últimos meses recurren al secuestro de extranjeros tanto elementos de algunas tribus locales como los talibán".

El informe señala que, "a diciembre de 2007, se pueden identificar dos núcleos claros de creciente presencia talibán al norte y al sur de la provincia de Badghis que son responsables de los últimos ataques en la zona". Precisamente, esta provincia está bajo la responsabilidad de los militares españoles.

Los ataques a la Base de Apoyo Avanzado (FSB) situada en Herat y liderada por España, y la creciente presencia talibán "unido al deterioro progresivo de la seguridad en buena parte del territorio afgano y en la vecindad paquistaní, hace temer un agravamiento de la situación en el corto y el medio plazo".

El informe señala que "los componentes de los grupos armados que hostigan a nuestras fuerzas en el oeste del país son diversos".

Por un lado, "estaría el componente talibán, formado por individuos pertenecientes a dicho movimiento y, por otro, tendríamos al componente tribal, en el que los participantes combaten esporádica o de forma permanente en su región de origen y que pueden ser fieles a cabecillas propiamente talibán o a grupos que podríamos ubicar en el terreno del bandidaje".

"Los ataques se producen normalmente de forma esporádica y sin patrones de actuación, de forma que obligan a las fuerzas internacionales y afganas a estar en continuo estado de alerta", añade.

BAJAS TALIBANES

En sus ataques, "los talibán suelen sufrir muchas bajas- al menos lo son desde una perspectiva occidental- pero esto es algo que una sociedad guerrera y prolífica como es la suya tiene muy asumido".

"Aún así, su capacidad de regeneración es también alta, dado el alimento constante de combatientes" a través de dos vías de reclutamiento, a través del tándem talibán-Al Qaeda y por las tribus locales.

Este análisis apunta que, "cuando llegan las fuerzas occidentales al escenario de un ataque, los talibán suelen desaparecer rápidamente pues temen que éstas pidan apoyo aéreo, la amenaza más importante que ellos perciben".

"En sus ataques contra convoyes tanto de fuerzas multinacionales como afganas, los talibán y Al Qaeda utilizan minas clásicas antitanque y, cada vez con más frecuencia y creciente eficacia, artefactos explosivos (IED, en inglés)".

De hecho, de los cuatro ataques mortales que ha sufrido el Ejército español, tres en Afganistán entre 2006 y 2007, y uno en Líbano en 2007, tres de ellos han sido con IED y el último con mina anticarro. Según los expertos, recoge el informe, "la variedad de los IED sólo se encuentra limitada por la imaginación humana".

De cara al futuro, el RIE advierte de que los secuestros"suelen ser utilizados como instrumento de presión. Aunque los secuestros han sido fundamentalmente de civiles, no hay que descartar el posible secuestro de militares".

En conclusión, dice el informe, "emboscadas con minas e IED primero, ataques suicidas y hostigamiento de su base, después, y el posible secuestro incluso de elementos militares muestran lo peligroso que es el escenario en el que se mueven y se seguirán moviendo nuestros efectivos en Afganistán.

Se vive en un momento, en el que "la situación tanto en Afganistán como en Pakistán se deteriora" cada vez más.

Por otro lado, puntualiza, "la erradicación de dichos actores del santuario paquistaní no puede esperar más tiempo, pero el escenario político y de seguridad que define a Pakistán hoy no permite ser muy optimista al respecto, al menos en el corto plazo".