Según informó Farmaindustria, estas empresas también destinaron 218 millones de euros a apoyar las actividades de formación continuada, de los que 130 fueron a parar a organizaciones sanitarias responsables de reuniones y congresos científico-profesionales y 88 correspondieron a ayudas a profesionales sanitarios para facilitar su participación en este tipo de encuentros.

La supradicha partida presupuestaria ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia, una etapa en la que la mayoría de las actividades no se pudo realizar o se hizo de forma telemática.

A su vez, la industria farmacéutica aportó 92 millones de euros a la prestación de servicios profesionales; y otros 44 millones a donaciones a organizaciones sanitarias.

En total, las colaboraciones económicas entre industria farmacéutica y agentes del sector alcanzaron 667 millones de euros el año pasado, una cifra que, según el director de la Unidad de Supervisión Deontológica (USD) de Farmaindustria, José Zamarriego, “demuestra la apuesta del sector por la investigación en España, país de referencia internacional en ensayos clínicos, y por la formación de los profesionales sanitarios”.

A su juicio, “la interacción entre la industria farmacéutica y los profesionales sanitarios y organizaciones es indispensable”, ya que “garantiza la actualización y mejora de los conocimientos de los profesionales y facilita que el avance de la investigación biomédica no se detenga”.