E Partido Socialista había comunicado en la tarde del miércoles que no iba a organizar ningún acto en Guadalajara con motivo de la salida de Vera y Barrionuevo, lo que motivó que hubiese pocas caras famosas entre los asistentes que acudieron a título particular a la prisión de Guadalajara, en un mañana soleada pero con frío intenso.

Estuvieron en Guadalajara el ex ministro del Interior José Luis Corcuera, que entró en la prisión y salió acompañando a Barrionuevo y Vera; el diputado Francisco Fernández arugán, secretario adjunto del Grupo Socialista; Miguel Cid, edil de Ciudad Rodrigo y uno de los promotores de la petición de indulto ante el Tribunal Supremo, y Jorge Argote, abogado del ex sargento de la Guardia Civil Dorado Villalobos a quien citó expresamente en su comunicado el ex ministro del Interior.

Los presentes tenían pocas dudas de que Vera y Barrionuevo son inocentes, a pesar de la sentencia del Supremo, y así lo proclamaron con sus gritos reiterados de ¡inocentes!, ¡inocentes! cuando Barionuevo aludió en su declaración a la "injusta condena". También se oyeron gritos de "libertad, libertad", cuando ambos atravesaron la puerta de la prisión, acompañados por sus mujeres. En los momentos previos, un corrillo comentaba que "todo fue una intriga para derrotar a Felipe González".

La puerta de la prisión estaba prácticamente tomada por los medios informativos desde muchas horas antes de que aparecieran por ella Rafael Vera y José Barrionuevo. Fotografos subidos en escaleras, cámaras de teleisión encima de contenedores y periodistas a pie de calle formaban una piña impenetrable tan compacta que una periodista, al disolverse el grupo, echaba en falta sus pendientes, perdidos en la refriega informativa.