Según informó hoy la asociación, la afectada acudió en 2002, cuando contaba con 38 años de edad, a la consulta del mencionado doctor para una posible elevación de mamas. Si bien venía siendo controlada por su ginecólogo de una mastopatía fibroquística benigna que no daba clínica, el cirujano decidió efectuar una mastectomía subcutánea bilateral con implantación de prótesis.

A juicio de la parte demandante, esta extirpación de las glándulas mamarias "no era para nada necesaria, pues como se confirmó posteriormente en la anatomía patologíca, no había signos de malignidad".

Entiende la Asociación El Defensor del Paciente que el cirujano pudo haber efectuado pruebas previas (PAAF, biopsia, etc.) "pero no lo hizo y en su lugar sometió a la paciente a una intervención radical que no era necesaria".

El resultado estético de esa primera intervención fue "nefasto" y por ello requirió de una segunda intervención quirúrgica en 2003. Esta segunda intervención efectuada también por el mismo doctor no solventó las secuelas de la primera, porque desde el principio "se había resecado en exceso la glándula y porque la colocación de la prótesis era incorrecta".

La paciente hubo de dirigirse a otro facultativo que, para tratar de mejorar el aspecto de sus senos, hubo de intervenirla en dos ocasiones más.

Como consecuencia de todo ello, P.F.S., además de tener que llevar prótesis mamarias también tiene secuelas estéticas que, si bien mejoraron con la intervención del segundo cirujano, aún restan cicatrices antiestéticas, alteraciones en la forma de los pechos, además de un trastorno depresivo, según la fuente informante.