WINDSOR

EL INCENDIO SE OCASIONO POR FUMAR EN UN DESPACHO Y POR LA "ASOMBROSA" NEGLIGENCIA DE LOS VIGILANTES, SEGUN LOS PROPIETARIOS

MADRID
SERVIMEDIA

La familia Reyzabal, propietaria del edificio Windsor, se pronunció hoy sobre las causas que provocaron el incendio que asoló este inmueble de Madrid capital el 12 de febrero de 2004 y que obligó a su posterior demolición.

La familia mantiene que, a pesar de que todavía no ha terminado la investigación judicial, "el edificio se incendió a consecuencia de la conjunción de dos actuaciones negligentes: la de quien originó el fuego al fumar en un despacho (una empleada de Deloitte) y la de los vigilantes encargados de la seguridad del edificio".

En un comunicado, los propietarios del inmueble señalan que la presunción de que "el fuego se inició en el despacho 09 de la planta 21 resulta de tantos indicios que es difícil dudarlo. Sólo dos personas había en el Windsor cuando suena la alarma de incendios: una en la planta 9 y otra en la planta 21"

Según indican, "la empleada de la planta 21 admitió que fumó en el despacho esa noche, y se la ve abandonar el edificio (en la grabación de la cámara de seguridad) dos minutos después de que la alarma de incendios advirtiera que había fuego en su planta. Además, quienes acudieron al fuego en esos primeros momentos describen un recorrido que lleva justamente al despacho 09".

La familia Reyzabal argumenta que, según las pruebas que se están presentando en el juicio que se instruye en el Juzgado número 28 de Madrid, "la asombrosa negligencia de los vigilantes de seguridad hizo el resto", puesto que "ni hicieron absolutamente nada por apagar el fuego en sus primeros estadios, ni llamaron de inmediato a los bomberos, perdiendo un tiempo precioso que condenó al Windsor".

FALTA DE PREPARACION

Por otra parte, los propietarios del Windsor destacan que "la actuación de los bomberos fue más que mejorable", puesto que, según los autos, "llegaron al incendio cuando era tarde y el fuego rompía por fachada pasando a la planta 22".

Agregan que, "a pesar del número creciente de bomberos que se encontraban allí, atacaron el fuego durante poco más de diez minutos y no con continuidad y acometieron su labor exactamente igual que lo habrían hecho en una casa cualquiera".

La familia Reyzabal mantiene que de las declaraciones de los bomberos y de los informes periciales resulta que "no estaban preparados para apagar un incendio en la planta 21 de un edificio con fachada de cristal ("muro cortina") en el que el fuego se propaga entre plantas más fácilmente por la menor resistencia de esa fachada que los muros tradicionales". Esto último es lo que, según el comunicado, explica la insistencia de los bomberos ante el juez por culpar o sacar defectos al edificio.

Además, subrayan que "el edificio Windsor estaba en regla", puesto que poseía "licencia de obras para las reformas que se llevaban a cabo, se ajustaba perfectamente a la normativa aplicable en materia de seguridad anti-incendios, se habían realizado todas y cada una de las rigurosas revisiones que la ley impone en relación con los medios contra incendios (revisiones practicadas por una de las empresas mas reputadas del sector a nivel mundial), y, en fin, la seguridad y vigilancia del edificio estaba externalizada y encomendada a la primera empresa de seguridad del país".

La familia Reyzabal concluye diciendo que "aclarado en buena medida lo sucedido, la empresa propietaria del edificio confía ahora en poder resarcirse del extraordinario perjuicio que se le ha ocasionado".

(SERVIMEDIA)
27 Ene 2006
MML