Juan Miguel Ferrer, asesor del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española, declaró a Servimedia que la Iglesia "no discrimina a los celiacos, en contra de lo que se ha dicho y difundido en los últims meses".

La polémica surge al no admitir la Iglesia la validez de las hostias que estén hechas sin harina de pan o sin ninguna proporción de gluten, ya que "donde no hay pan no puede haber consagración, no podemos engañar a la gente dándoles formas sobre las que pueda haber la duda en teología de que haya consagración o no", apuntó Juan Miguel Ferrer.

Ante esta situación, la Iglesia permite a los alérgicos al gluten comulgar sólo bajo la especie de vino, pero esta solución no resuelve el problem de los celiacos que aspiran a ser ordenados sacerdotes.

La Congregación de la Doctrina de la Fe de la Santa Sede añadió al Código de Derecho Canónico de 1983 nuevos impedimentos al acceso al sacerdocio, entre los cuales se encontraban los celiacos.

Según Juan Miguel Ferrer, el motivo es que el sacerdote celiaco no puede comulgar bajo las dos especies en la Eucaristía. Sin embargo, esta circunstancia dificulta el ejercicio del ministerio, pero no lo impide totalmente, ya que el sacerdote afectadode celiaca puede concelebrar la misa con otro que consumiría la especie de pan y él sólo la de vino.

Por este motivo, Ferrer mantiene que la Iglesia permite hacer excepciones, por lo que "una persona con clara vocación y cualidades puede acceder al sacerdocio aunque sea celiaco si el obispo se lo hace saber a la Santa Sede para que elimine los impedimentos y permita la ordenación".

Según la Iglesia, en España no se ha dado hasta el momento ningún caso de un celiaco que quiera ser sacerdote y se l haya impedido, aunque sí hay sacerdotes a los que una vez ordenados se les ha diagnosticado la enfermedad.

Manuela Márquez, directora de la Asociación de Celiacos de Madrid, manifestó a esta agencia que algunos de estos religiosos han contactado con esta asociación para recabar información y consejo.

Las asociaciones de celiacos hacen saber a los religiosos afectados que el consumo de gluten por parte de un enfermo puede derivar en atrofia intestinal y provocar graves daños en el organismo.

Como medida preventiva, lo ideal es que los afectados de celiaca no consuman nada de gluten, ya que, según Márquez, no se conoce cuál es la cantidad mínima de gluten que pueden tomar.

Por este motivo, la ingestión de pan durante las eucaristías pueden resultar perjudicial para los celiacos, si bien la cantidad de gluten depende del tipo de trigo que se utilice para hacer la hostia.

Manuela Márquez aseguró que las asociaciones de celiacos europeas mantienen periódicamente contactos con la Santa See para conseguir que los católicos afectados por esta enfermedad puedan profesar con normalidad su fe sin vulnerar el derecho canónico.

Esta enfermedad comenzó a diagnosticarse en España hace 20 años. En la actualidad se estima que hay un afectado por cada 300 personas.