Este proceso de revisión, que tiene como objetivo mejorar la calidad del servicio, ha supuesto una inversión de 6 millones de euros y se ha centrado en las líneas que tienen una mayor utilización para el suministro de las puntas de demanda de energía que se están produciendo por las elevadas temperaturas veraniegas.

Dentro de este programa, Iberdrola ha realizado una revisión ordinaria de cerca de 25.000 kilómetros para detectar posibles anomalías, como rotura de aisladores y daños por rayos, por caída de árboles o por obras de construcción próximas a las instalaciones.

Asimismo, la empresa ha analizado con detenimiento otros 17.500 kilómetros del tendido, en los que ha llevado a cabo un reconocimiento exhaustivo de los apoyos eléctricos y ha realizado distintas mediciones para detectar posibles anomalías.

Iberdrola también ha revisado por infrarrojos otros 5.700 kilómetros mediante cámaras termográficas transportadas en helicópteros o por un equipo de operarios a pie. En este tipo de operaciones se mide si la temperatura de las instalaciones es la correcta, para detectar aquellos puntos que mantienen temperaturas inadecuadamente altas.

Por último, ha realizado trabajos de poda en aquellos árboles que presentaban un mayor riesgo de contactar con los tendidos eléctricos a lo largo de unos 18.000 kilómetros de líneas.

Este programa se enmarca entre los objetivos de Iberdrola para el periodo 2008-2010, en los que figura el de reducir en un 20% el tiempo de interrupción sobre los niveles alcanzados el pasado ejercicio.