Las acciones que desarrollan en estos momentos las Cáritas de Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, además de dar prioridad al reparto de alimentos y ropa de abrigo a la población afectada y de solucionar los graves problemas logísticos para hacer llegar las ayudas a todas las zonas afectadas, se dirigen a comprar en los países vecinos los suministros de emergencia indispensables: cereales, medicinas, ropas de abrigo y mantas.

Las Cáritas centroamericanas han moviliado un número muy importante de colaboradores para hacer frente a las necesidades de los damnificados. Así, la Iglesia y la Cáritas de Honduras han logrado movilizar a un total de 96.000 agentes de pastoral en las labores de socorro a las víctimas.

En Guatemala son 5.600 los voluntarios de Cáritas que han puesto manos a la obra en la respuesta humanitaria a la emergencia. La Cáritas de Nicaragua cuenta con un equipo de 100 personas para coordinar sus operaciones de socorro a la población afectada. Y e El Salvador, Cáritas ha movilizado, junto a su equipo habitual de 150 trabajadores, la colaboración de unos 700 voluntarios.