En el norte del país, la Compañía Bananera comunicó la suspensión de más de 5.000 trabajadores, mientras qe en las zonas de La Lima, donde las maquinarias se inundaron por los caudales del río Chamelecón y el Ulúa, cerca de 4.000 operarios estarán sin trabajo durante un mes y medio. Además, según datos oficiales, se calcula que unos 70.000 obreros vinculados a la industria, el comercio y la agro-industria se verán afectados de igual modo en su trabajo.

El borrador, que recoge las estimaciones oficiales y datos recabados por la propia Cáritas del país, señala que un 60 por ciento de las viviendas hondureña están sin servicio de agua potable y los afectados están adquiriendo agua de dudosa higiene. Asimismo, estima que 92.000 viviendas han sido destruidas en toda Honduras por el huracán "Mitch" y harán falta unos 700 millones de dólares para rehabilitarlas.

En cuanto a las comunicaciones, al menos 30.000 líneas telefónicas quedaron inhabilitadas, y las redes viales y de ferrocarril resultaron dañadas en gran parte, bien por daños en los railes, o bien por el derrumbamiento de carreteras, aislando a poblciones enteras.

Según el texto, el caos económico, social y político que ha sembrado el huracán hace que los más pobres sean objetivo principal y los sujetos de la reconstrucción del país, involucrando a entidades privadas, gubernamentales y a la ciudadanía en las tareas del voluntariado.

Las necesidades prioritarias apuntan al auxilio alimenticio, la atención médica (medicinas, atención psicológica, letrinización y agua potable), el apoyo para viviendas y la producción (aportando herramientas y emillas), la reapertura de caminos cerrados por el huracán y el asesoramiento para la autogestión de comunidades vecinales.