Ciencia
Los humanos llevan 41.000 años ‘paseándose’ por la cueva de Nerja
- Es la cueva con arte paleolítico de Europa con más visitas durante la Prehistoria, según un estudio
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Alrededor de 41.000 años lleva el ser humano ‘paseándose’ por la cueva de Nerja (Málaga) -unos 10.000 años antes de lo que se creía- y es la cueva con arte paleolítico de Europa con mayor número de visitas constatadas y recurrentes en su interior durante la Prehistoria.
Así se explica en un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores, entre ellos Marian Medina, antes en la Universidad de Córdoba y ahora en la Universidad de Burdeos (Francia); Eva Rodríguez, de la Universidad de Córdoba; y José Luis Sachidrián, director científico de la cueva de Nerja.
El estudio, publicado en la revista ‘Scientific Report’, llega a esas conclusiones gracias al análisis del humo fosilizado y los carbones de antorchas de hace más de 8.000 años, que han permitido reconstruir la historia de la cueva de Nerja.
Concretamente, el nuevo trabajo ha logrado documentar 35.000 años de visitas en 73 fases diferentes, lo que significa que algunos grupos humanos entraron en la cueva cada 35 años de media. Semejante nivel de detalle de conocimiento es posible gracias al manejo de las últimas técnicas de datación de los carbones y restos de humo fosilizado en las estalagmitas de la cueva de Nerja.
Es lo que se llama ‘arqueología del humo’, una nueva técnica que ha desarrollado Marián Medina, investigadora honoraria de la Universidad de Córdoba que lleva más de una década reconstruyendo la prehistoria europea ‘husmeando’ en los restos de las antorchas, fogatas y humo de las cuevas españolas y francesas.
Según Medina, la información que la microscopia electrónica de transmisión y las técnicas de datación del carbono 14 puede arrojar sobre los rituales y modos de vida del ser humano es impresionante. En este último trabajo se han presentado 68 dataciones, 48 inéditas, de las zonas profundas de la cueva y con arte paleolítico, y se han localizado evidencias de cronoculturas no registradas hasta el momento en la cavidad.
Además, las arqueólogas del fuego saben leer en la información que sale del microscopio la manera en la que se movieron las antorchas, infiriendo de ello el uso simbólico y escenográfico que los humanos de hace 40.000 años daban al fuego.
“Las pinturas prehistóricas eran vistas con la luz parpadeante de las llamas, lo que les podía dar cierta sensación de movimiento y calidez a las figuras”, explica Medina, que subraya también el uso funerario de la cueva de Nerja en la última parte de la Prehistoria.
(SERVIMEDIA)
25 Abr 2023
MGR/clc