El total de pernoctaciones fue de 31,8 millones de noches, lo que supone un aumento del 9,4% y una estancia media de 4,5 días (un 0,5% menos que en agosto del año pasado).

Del total de usuarios de hoteles, 3,7 millones fueron españoles, es decir, los turistas nacionales supusieron el 54% de la clientela. Sin embargo, la estancia media de los extranjeros (6,1 días) casi duplicó la de los spañoles (3,2 días).

En cuanto al país de procedencia de los turistas extranjeros que se alojaron en hoteles, el 21% eran alemanes, el 20% británicos, el 13% italianos, el 11% franceses, el 5% portugueses, el 3% estadounidenses y el 2% japoneses.

Las comunidades autónomas más visitadas fueron Cataluña (1,3 millones de clientes de hoteles), Andalucía (1,1 millones) y Baleares (un millón).

Asturias, Extremadura, Cantabria y Galicia son las autonomías que recibieron un mayor porcentaje de turisas españoles, con tasas superiores al 85%. Por el lado contrario, al menos el 65% de los clientes de hoteles eran extranjeros en Baleares, Canarias y Cataluña.

Las zonas turísticas más concurridas en agosto fueron Menorca, Ibiza y Formentera (con una ocupación del 97%), Mallorca (95%) y la costa de Almería (92%).

En cuanto a los precios de los hoteles, los más caros son los madrileños (11.214 pesetas la noche como media) y los vascos (11.140 pesetas), mientras que los más baratos son los castellao-manchegos (6.195 pesetas) y los castellano leoneses (6.732 pesetas).