Así lo refleja el simulador de la factura de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al ser consultado por la factura de un consumidor medio con una demanda anual de 3.240 kilovatios hora (kWh).

Esta caída llega a pesar de la subida del IVA y después de que el recibo bajara un 41% en 2023, cuando alcanzó una media de 675 euros, lo que supuso un descenso de 470 euros con respecto a lo pagado en 2022 (1.145 euros), tras subir un 32% ese año.

La subida acumulada en 2022 se produjo por el mayor uso de fuentes convencionales como el gas natural y el carbón para producir electricidad como consecuencia del desplome de la producción hidráulica por la sequía, factores que en 2023 se atenuaron y eso se sumó a la bajada del precio de los mercados internacionales del gas que se dispararon por la guerra en Ucrania.

En 2024, los consumidores han pagado 68,28 euros por el término fijo, 220,65 euros por el consumo, 7,18 euros para financiar el bono social, otros 15,14 euros por el impuesto eléctrico, 5,63 euros por el equipo de medida y los restantes 31,69 euros por el IVA, que fue del 10% en enero y febrero y del 21% desde marzo. En julio volvió de nuevo al 10%.

En cuanto a julio, el recibo ascendió a 55,30 euros, lo que supuso un descenso del 0,6% con respecto al mes de junio, cuando alcanzó los55,66 euros. Teniendo en cuenta que junio tiene un día menos que julio, en media diaria el recibo se abarató cerca de un 4%.

Con respecto al año pasado la factura de julio se redujo un 3,8% puesto que el recibo ascendió a 57,51 euros en julio de 2023.