Así lo refleja el simulador de la factura de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al ser consultado por la factura de un consumidor medio con una demanda anual de 3.240 kilovatios hora (kWh).

Esta caída llega después de que el recibo subiera un 32% en el conjunto de 2022, cuando alcanzó una media de 1.145 euros, lo que supuso un ascenso de 280 euros con respecto a lo pagado en 2021 (865 euros).

La subida acumulada en 2022 se produjo por el mayor uso de fuentes convencionales como el gas natural y el carbón para producir electricidad como consecuencia del desplome de la producción hidráulica por la sequía, factores que este año se están atenuando y eso se suma a la bajada del precio de los mercados internacionales del gas que se dispararon por la guerra en Ucrania.

En lo que va de 2023, los consumidores han pagado 29,11 euros por el término fijo, 136,02 euros por el consumo, otros 0,83 euros por el impuesto eléctrico, 2,37 euros por el equipo de medida y los restantes 8,42 euros por el IVA.

En cuanto a marzo, el recibo ascendió a 55,91 euros, lo que supuso un descenso del 14,3% con respecto al mes de febrero, cuando alcanzó los 65,22 euros. Además, teniendo en cuenta que febrero tiene tres días menos que marzo , en media diaria la bajada se elevó hasta el 20%.

Sin embargo, con respecto al año pasado la factura de marzo se redujo un 57,5% puesto que el recibo ascendió a 131,53 euros en marzo de 2022, el mes más caro de la historia por el impacto del inicio de la guerra en Ucrania.