Marcas como 'President' o 'Lactel' son difíciles de encontrar en las grandes superficies, ya que la distribución ha preferido retirarlas a causa de la pesión de parte de los consumidores, que se niegan a consumir productos franceses.

De hecho, el boicot ha provocado que los consumidores comiencen a mirar los códigos de barras para desechar los productos franceses (que son los que comienzan por los números 30 al 37) y que comenten entre ellos su procedencia, a pesar de que algunos hipermercados oficialmente nieguen este extremo.

La organización agraria COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) ha estimado en un 20% la dismnución de la venta de productos franceses, después de que todas las asociaciones de agricultores pidieran a los consumidores que no los compraran.

La falta de leche francesa ha sido compensada por la nacional, que en estos meses primaverales se encuentra en un 'pico de producción', por lo que no ha existido desabastecimiento alguno.