"HEROES" E AZUL: CASOS ANECDOTICOS PROTAGONIZADOS POR LA POLICIA MUNICIPAL DE MADRID A LO LARGO DE 1992

MADRID
SERVIMEDIA

Los agentes de la Policía Municipal de Madrid realizan a diario miles de actuaciones en materia de tráfico, seguridad y vigilancia administrativa, que en la mayoría de las ocasiones son rutinarias. Sin embargo, dada su proximidad al ciudadano, también protagonizan intervenciones muy llamativas que quizá exceden de sus responsabilidades.

Los madrileños se han acostumbrado a a imagen del guardia urbano poniendo multas, se enfadan cuando se llevan su coche con la grúa y aceptan de mala gana la reprimenda que les echan si han cometido alguna infracción de tráfico.

Pero estos "héroes" urbanos de azul también se encargan de evitar suicidios, de ayudar a dar a luz a mujeres necesitadas o en situaciones límite, de rescatar a ancianas de los cementerios, e incluso "decomisar" tigres que pasean por la calle.

A lo largo del año pasado, a muchos miembros de la Policía Municipa les tocó lidiar con casos como éstos, de los que consiguieron salir airosos la mayoría de las veces.

El pasado 22 de septiembre, el guardia Fernando Alvarez y su compañero, el cabo Mata, se convirtieron en improvisadas comadronas para auxiliar a una mujer oriental, embarazada de nueve meses, que comenzó a notar los primeros síntomas del parto cuando caminaba por una calle de Usera en dirección al hospital.

El cabo pidió un cordón de zapato a un transeúnte y su compañero consiguió servirse de él ara atar el cordón umbilical a la niña.

Alvarez actuó con eficacia y sangre fría, hasta que poco después se trasladó al lugar una ambulancia que se hizo cargo de la madre y la pequeña. Posteriormente, el municipal confesaría que ni siquiera se había atrevido a ver el parto de sus dos hijos.

POLICIAS "TOREROS"

Sangre fría, altas dosis de paciencia y hasta cierto arte y genio torero tuvieron que demostrar también varios agentes municipales que, acompañados de efectivos de la Guardia Civil y de laPolicía Local de Rivas-Vaciamadrid, consiguieron acorralar a un grupo de diez toros que se escaparon de una finca cercana.

Un astado arremetió contra uno de los agentes, aunque sus compañeros le abatieron a tiros. Al final, la cosa se quedó sólo en el susto y el funcionario únicamente tuvo lesiones leves.

Otra "arriesgada" misión protagonizada por los hombres de azul ocurrió a finales de mes de marzo, cuando localizaron en la estación de Metro de Lago a un ejemplar de cabra hispánica que escapó d la Casa de Campo.

Más espectacular fue, sin duda, el "decomiso" de un tigre de bengala que paseaba por la calle López de Hoyos, sujeto con una cadena de la mano de su propietario. Este explicó a los agentes que el animal era de su propiedad, pero carecía de la documentación porque aún no habían concluido los trámites administrativos.

El felino, de unos 30 kilos de peso y envergadura similar a la de un pastor alemán, fue trasladado al zoo, cuyos veterinarios indicaron que era un tigre muy manso. uy manso, pero no hasta el punto de hacerlo pasear por la calle, debieron pensar los policías.

Otras de las intervenciones humanitarias más frecuentes que efectúa la Policía Municipal son los servicios de escolta para el traslado de urgente de órganos destinados a trasplantes.

ANGELES DE LA GUARDA

Pero, a veces, la cosa no queda sólo ahí y los funcionarios se convierten en ángeles de la guarda. Este papel fue interpretado a la perfección por la dotación de un coche patrulla que localizó a una nña de 7 años, de raza gitana, que estaba en lista de espera en el Gregorio Marañón para un trasplante de riñón, y cuyo paradero desconocían los responsables del hospital.

La pequeña fue encontrada, tras unas largas y complicadas gestiones, en la vivienda de su padrastro, situada en el Alto de San Isidro, y cuando la dirección del hospital tuvo conocimiento de la existencia de un órgano avisó al domicilio de la niña para pedirle que se trasladara al centro.

Quien también guardará un buen recuerdo e la Policía Municipal será Oscar M.M., un chaval de 15 años que una noche del mes de marzo perdió el último tren de cercanías para Fuenlabrada y no tenía dinero para un taxi.

Ni corto ni perezoso, Oscar paró un coche patrulla frente a la estación de Atocha y dijo a los agentes que le llevaran a su casa. Estos le trasladaron en el coche hasta el límite de su jurisdicción y posteriormente dejaron al chico en manos de sus compañeros de la Policía Local de Fuenlabrada.

ENCERRADA EN EL CEMENTERIO

E el mes de junio, se produjo otro suceso insólito en el cementerio de Villa de Vallecas, donde Dolores C.M., de 70 años, se quedó encerrada después de que el encargado del camposanto echase el cierre al recinto sin darse cuenta de que la anciana todavía permanecía allí.

La mujer se dirigió a la puerta y, después de mucho gritar, fue oída por los ocupantes de un coche de la Policía Municipal, que avisaron a los bomberos para que rescataran a la víctima.

En septiembre, tres funcionarios municipalescamuflados entre el público evitaron que Francisco Porras, el conocido titiritero del Retiro, se amputase un dedo con una guillotina móvil, acción con la que reivindicaba la ampliación de su teatro de títeres.

En enero, dos agentes municipales encontraron en el techo de un automóvil aparcado en la plaza del Marqués de Salamanca un maletín que contenía 25 millones de pesetas en acciones. Uno de los policías lo llevó a comisaría, mientras que su compañero se quedó en el lugar para esperar si el dueño aprecía, hecho que ocurrió poco después.

(SERVIMEDIA)
30 Dic 1992
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