Los Reyes seguidos de la Princesa y de la infanta Sofía entraron en el hemiciclo y hubo un silencio sepulcral que se rompió por los aplausos de los presentes. Tras una ovación cercana al minuto de duración en la que se escuchó algún “viva el Rey”, sonó el himno de España que todos los presentes escucharon en silencio.

Después tuvo lugar el discurso de la presidenta Francina Armengol, en el que se escucharon frases también en gallego, euskera y catalán, y que a su término fue aplaudido por la mayoría de los presentes, con la excepción de parlamentarios de Vox.

Los presentes no perdían detalles del momento conscientes del instante solemne y la trascendencia histórica del acto que se dejaba ver en la propia vestimenta elegida por sus señorías: ellos con traje y corbata, salvo alguna excepción como un diputado que fue con una camiseta; y ellas con vestidos o trajes más elegante de lo habitual.

De hecho, durante la espera al inicio de sesión, los parlamentarios presentes -diputados y senadores- en el hemiciclo se iniciaron foto de recuerdo del día con sus colegas de bancada de la tribuna principal engalanada para la ocasión. También se vio a algunos invitados hacer lo mismo.

Pero además de fotos, entre los políticos se sucedieron conversaciones llamativas como la de los parlamentarios socialistas saludando al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, después de su reunión con el expresidente catalán Carles Puigdemont para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Más extensas fueron las palabras de Cerdán con el director de Gabinete de Sánchez y diputado, Óscar López, dos de los principales pilares de la negociación del PSOE para garantizar la investidura del líder socialista.

En esta espera, entre los invitados destacó la conversación distendida entre los expresidentes del Gobierno Felipe González y Mariano Rajoy en una de las tribunas para deleite de los fotógrafos.

Un corrillo al que se sumó, después, el expresidente José María Aznar. El último de los jefes del Ejecutivo en llegar fue José Luis Rodríguez Zapatero, al que también se le vio departir con Esperanza Aguirre, presente en el acto en calidad de expresidenta del Senado. Para la ocasión, la expresidenta madrileña lucía una ostentosa flor de broche con los colores de la enseña nacional.

González, Aznar y Zapatero estaban sentados en una primera fila, mientras que Rajoy lo hacía justo detrás por lo que departió largamente con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, sentado a su vera.

El día permitió escenas como la larga conversación entre los expresidentes autonómicos socialistas Adrián Barbón (Asturias) y María Chivite (Navarra) a la que se sumó en un momento dado el castellanomanchego Emiliano García-Page, después de que hace unos días defendieran posiciones contrarias en el Comité Federal del PSOE. Una vez que los servicios de la Cámara mandaron sentar a los presidentes autonómicos, la conversación no cesó, por ejemplo, entre las populares María Guardiola (Extremadura) y Marga Prohens (Baleares), sentadas junto a la madrileña Isabel Díaz Ayuso.

Las tribunas del Hemiciclo, llenas de personalidades y autoridades presentes y pasadas se vaciaron rápidamente para acudir al saludo de la Familia Real y continuar con la solemnidad del Juramento. Lo mismo ocurrió en las bancadas del Hemiciclo, donde hoy estaban de manera más concentrada los diputados y senadores todos juntos como en las sesiones solemnes de apertura de las legislaturas.

Sin embargo, en esta ocasión hubo algo más de hueco por las ausencias de representantes de ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Sumar, del que sólo acudió su líder y la portavoz parlamentaria, Yolanda Díaz y Marta Lois, a las que se vio incómodas en varios momentos ante tanto aplauso. En la bancada azul del Gobierno, era destacada también la ausencia de los ministros Irene Montero, Ione Belarra y Alberto Garzón.