LOS HABITANTES DE LOS PUEBLOS CON NUCLEARES CREEN QUE ESTAS INCENTIVAN EL DESARROLLO ECONOMICO, AUNQUE NO VIVEN DE ELLAS

CACERES
SERVIMEDIA

Los habitantes que viven en pueblos con centrales nucleares consideran ue estas instalaciones reportan beneficios económicos a la zona, aunque la inmensa mayoría no viven de ellas, según revela una encuesta realizada por el gabinete CERES para la Agrupación de Municipios Afectados por Centrales Nucleares (AMAC).

Sin embargo, los alcaldes que pertenecen a la AMAC creen que esta percepción no se corresponde con la realidad, ya que estiman que la presencia de las nucleares supone un freno al desarrollo turístico e industrial en sus comarcas.

Pedro Romero, alcalde de Meas Ibor (Cáceres), municipio situado en la zona de influencia de la comarca de la central nuclear de Almaraz, destacó hoy el impacto que han tenido las centrales sobre las economías de estas localidades, provocando un avance de los sectores industrial y servicio, en detrimento del agrícola.

Pese a todo, la percepción que tiene la población sobre la influencia de estas instalaciones en la economía es positiva, ya que el estudio demuestra que el 52 por ciento de los habitantes que viven en las zonas de nfluencia de las centrales nucleares creen que éstas han tenido un efecto positivo o muy positivo, mientras que el 80 por ciento de los que viven en municipios que se encuentran a menos de cinco kilómetros de la central piensan que cuando la instalación cierre, la economía de la comarca se resentirá. Este porcentaje se reduce al 45 por ciento cuando se pregunta en localidades que se encuentran a más de 16 kilómetros de la nuclear.

Además, 4 de cada 10 habitantes que viven en un radio de 20 kilómetros lrededor de la instalación nuclear creen que la riqueza que genera es positiva para el futuro de estas zonas.

Sin embargo, hay diferencias entre las distintas comarcas, ya que en la zona de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) la población es más crítica con la central que en las de Ascó (Tarragona), Trillo (Guadalajara) y Almaraz (Cáceres).

Asimismo, se observan diferencias en función de la edad de los consultados, ya que las personas con menos de 35 años son las que globalmente erciben un efecto económico más positivo de la central, mientras que las mayores de 55 años manifiestan una percepción más negativa.

La valoración también queda matizada en función de la distancia que hay entre el municipio y la central nuclear. Mientras la opinión mayoritaria en el caso de localidades situadas a menos de 10 kilómetros es que la central es positiva, los que están más lejos, a partir de 10 kilómetros, muestran mayor indiferencia en relación con los efectos económicos que puedan tener etas instalaciones.

Finalmente, la encuesta revela que la opinión mayoritaria en el conjunto de las siete zonas que cuentan con centrales nucleares en España es que el motor económico tras el futuro cierre de las centrales nucleares debe ser la agricultura, mencionándose con frecuencia también las opciones de industria y turismo. El 44 por ciento de los consultados consideran que la agricultura debería constituir un motor económico para el momento del cierre o tras el cierre de la instalación, aunque ete porcentaje es superior en todas las zonas, excepto en la de Vandellós (Tarragona) y Trillo (Guadalajara).

(SERVIMEDIA)
21 Abr 1998
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