Guerra ha tenido una ocasión de oro para poner a prueba su rapidez mental y fluidez verbal en la organización de los debates entre los 39 miembros de la Comisión Constitucional y los 39 delegados del Parlamento de Cataluña encargados de ratificar el informe elaborado por la ponencia, una tarea que concluirá previsiblemente el martes.

En las dos semanas de comisión, Guerra no ha perdido ocasión de lanzar sus comentarios jocosos a buena parte de los parlamentarios, muchos de ellos del PSC, a quienes advertía que "el ángulo de visión no siempre es coincidente", amenazaba con aplicarse la "eutanasia" si prolongaban su discurso o mostraba su extrañeza porque "pagaran" una cena.

Guerra, cuyas discrepancias con el Estatuto impulsado por el Ejecutivo de Pasqual Maragall no son ajenas a propios ni extraños, tomó como primer blanco de sus mensajes a la portavoz del PSC, Manuela de Madre, cuando protestó porque el presidente dió la palabra a otro portavoz, pese a que ella, aseguró, la había pedido antes.

"No la había pedido; si la pide ahora, se la concedo, pero no la había pedido", le dijo el presidente de la Constitucional, a lo que De Madre replicó: "señor presidente, creía que con levantar la mano, como han hecho otros intervinientes, quedaba fijaba la intención del grupo al que represento".

El presidente aseguró que "hace falta otra condición, hay que levantar la mano y el presidente lo tiene que ver", comentario que no achantó a la socialista catalana, quien dijo que "he pensado que el ángulo de visión amplio que usted tiene no le impedía ver a esta representante del Grupo Socialista de Cataluña en el Parlamento". Guerra cerró la discusión asegurando que "el ángulo de visión no siempre es coincidente".

"EUTANASIA PARA MÍ"

Peor parte se llevó la también parlamentaria del PSC Carme Valls, a quien después de advertirle de que le quedaban "dos minutos" de intervención porque "se ha pasado ya mucho de tiempo", Guerra aprovechó que se debatía el capítulo sobre derecho a una muerte digna para sentenciar: "si se extiende un poco más, me tienen que aplicar la eutanasia a mí".

Joan Ferran, diputado catalán del PSC, tampoco escapó a los comentarios del presidente, que él mismo provocó al decir a la parlamentaria del PP Dolors Nadal que "usted es virtuosa en Madrid y viciosa en Barcelona, porque en Barcelona votó estos vicios".

"Su grupo votó este título de forma entusiasta con alguna pequeña abstención, y hoy no sé qué ha pasado con don Mariano (a lo mejor se le ha ido la mano), que les aprieta a usted, al señor Vendrell y a los miembros de su grupo", agregó el diputado socialista.

El presidente de la Comisión Constitucional no pudo menos que matizar. "estoy convencido de que cuando el señor Ferran hablaba de vicios hablaba de vicios constitucionales", a lo que el socialista catalán aclaró: "evidentemente, señor presidente; faltaría más".

"¡COMO QUE PAGA USTED!"

El debate dialéctico no acabó aquí, ya que Ferran volvió adirigirse a Nadal, pese a que Guerra le había pedido expresamente que "no enrede", para decirle que "tendremos que quedar un día de estos a comer (ya pago yo), porque usted no es la que conocí en Barcelona; me la han cambiado". "¡Claro que se la han cambiado, como que paga usted!", apostilló el presidente.

Otro diputado del PSC, Àlex Masllorens, en una sesión diferente de la comisión, "buscó" a Guerra al afirmar que la posición del PP le recordaba a "tiempos ya lejanos, cuando algunos curas un poco obsesos nos aseguraban a los atemorizados discípulos que si continuábamos con ciertas prácticas nefandas, se nos iba a caer el pelo".

"Usted lo ha conservado bien", dijo Guerra. "Me lo pone al pelo, señor presidente, porque a las pruebas me remito que resulta patente y hasta obvio que, al menos en mi caso, aquellos malos augurios se han demostrado tan falsos y con tan poco fundamento", apuntó Masllorens. "O era totalmente puro", replicó al presidente. "Como otros que se oyen aquí estos días. Cada cual conoce sus intimidades", apostilló el diputado del PSC.

"MUCHO POLLO SUELTO"

Los comentarios de Guerra incidieron también en otros grupos, o más concretamente en otros diputados, como la de Eusko Alkartasuna, representante del Grupo Mixto, Begoña Lasagabaster, a quien dedicó alguna de sus "perlas".

Cuando Lasagabaster pidió al presidente que "me disculpe por esta voz tan apagada que tengo, pero la gripe ha ido rondando a los distintos miembros de la ponencia", Guerra le preguntó: "¿No es la aviar, verdad?", porque si no, "suspendía", advirtió. "La canina", respondió Lasagabaster. "Aquí me chivaban que hay mucho pollo suelto, pero no hay gripe aviar".

En otra ocasión, la portavoz del Mixto proponía una solución a las discrepancias de ERC ante una nueva organización del debate que no se les había consultado. "No sé si puede ser una entente o a lo mejor meto la pata también", apuntó. "No se preocupe, estamos acostumbrados", comentó Guerra, quien aclaró, ante la sorpresa de Lasagabaster, que se refería a "todos".

TENDIDO DEL OCHO

El resto de las referencias las dedicó especialmente a reclamar brevedad en las intervenciones. Un ejemplo fue el aviso al diputado del PP Ignacio Astarloa, a quien advirtió de que "su recurso de hablar lentamente hace que sea seguramente más comprensible lo que dice, pero el reloj parece que corre más rápido".

Tampoco se quedó corto en originalidad al reclamar silencio a los aficionados a comentar la jugada durante las exposiciones de otras formaciones. "Debe haber mucho aficionado a la tauromaquia porque se están convirtiendo en el tendido del ocho", apuntó en una ocasión.

En su labor de organización tuvo un trabajo especialemente duro para hacer entender a los diputados alguna de las votaciones, especialmente la del Título IV, sobre competencias, en la que llegó a ofrecer una "guía michelín" o "un plano" para que se orientaran entre transaccionales, enmiendas y votos particulares.