GUERRA Y MARTIN VILLA PRESENTARAN EL MARTES LAS MEMORIAS DE SANTIAGO CARRILLO
- El Rey le dijo en 1977 que durante 20 años tuvo que hacerse "el tonto" ante Franco
- Don Juan Carlos: "Si algún día su partido alcanza la mayoría, cumpliré mi deber y le encargaré a usted el poder"
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Alfonso Guerra, vicescretario general del PSOE, y Rodolfo Martín Villa, dirigente del PP, presentaran el próximo martes en Madrid las memorias de Santiago Carrillo.
La obra, editada por Planeta dentro de su colección `Espejo de España', recoge a lo largo de 750 páginas los recuerdos, vivencias, memoria plástica, análisis y reflexiones de los hechos que han pasado por la vida de éste veterano político en los últimos setenta años; desde sus años de infancia en Gijón y Avilés, hasta el golpe del 23 F y su expulsión del Partio Comunista.
En la primera parte, de las tres en las que ha dividido sus recuerdos, Carrillo analiza la España de los años veinte, el golpe del general Miguel Primo de Rivera, las convulsiones sociales y políticas que llevaron a la Segunda República, su activa militancia en las juventudes socialistas, la revolución de Asturias del 34, el triunfo del Frente Popular en las elecciones del 36, la guerra civil y la posterior derrota del bando republicano.
La segunda parte la dedica a recordar sus añosde exilio y los contactos y conversaciones que en esa época mantuvo con dirigentes políticos, principalmente comunistas. Y la tercera se centra en la transición democrática, su regreso a España trás la muerte del general Franco, sus conversaciones clandestinas con el presidente Suarez, los mensajes que el Rey le envió, la legalización del PCE y los numerosos contactos que mantuvo con los dirigentes políticos de entonces.
Precisamente de Alfonso Guerra dice que tuvo un papel muy destacado, "de buen negciador", hasta conseguir un buen consenso entre quienes se encargaron de elaborar la Constitución del 78. En otro punto, Carrillo señala que fue Guerra quien pacto con él el reparto de los ayuntamientos tras las elecciones municipales del 79 y que con motivo de la moción de censura que el PSOE presentó contra Adolfo Suarez, Guerra pronunció "un brillante discurso".
De Martín Villa, precisa Carrillo que "tenía más información desde los tiempos en que trabajábamos para dinamitar el SEU, me pareció un hobre sinceramente comprometido con el cambio, cordial y modesto".
EL REY Y EL PCE
La figura del Rey Juan Carlos es analizada por Santiago Carrillo en varias páginas. Reconoce que empezó a cambiar el criterio que tenía sobre él después de una cena que tuvo lugar en el chalé de Areilza en Aravaca, a finales de noviembre de 1976 y a la que asistieron Felipe González, Tierno Galván, Ruiz Jimenez y Senillosa. Allí Areilza les informó que el Rey era partidario de la "legalización de todos los partidos, incuido el comunista".
Y en otro lugar el histórico político desvela el contenido de la primera conversación que mantuvo con el rey en 1977, donde don Juan Carlos le confesó que "durante veinte años había tenido que hacerse el tonto", pues su idea era conseguir que se restaurase la monarquía.
Tambien el Rey le dijo que "si un día su partido alcanza la mayoría, cumpliré mi deber y le encargaré a usted del poder". La impresión que tiene Carrillo del Rey es que "don Juan Carlos es un hombre llano y senillo con el que resulta agradable conversar".
La noticia de la muerte del general Franco la conoció Carrillo en Paris y reconoce que le dejó "un sabor agridulce: no habíamos sido capaces de impedir que Franco muriese en la jefatura del Estado".
De Adolfo Suarez precisa que al principio no se fiaba por su origenes falangistas pero que luego cuando le conoció vió que estaba firmemente comprometido con el cambio democrático. Y de su primer encuentro, relata la siguiente anécdota: "Usted y yo - le dio Suarez - hemos estado jugando una partida de ajedrez en la que yo he tenido que mover mis piezas siguiendo las iniciativas de usted".
En Felipe González, Carrillo ve un gran líder político de talla que ha ganado cuatro contiendas electorales. Ya en 1977 le definía así: "Es un hombre inteligente, con dotes políticas, sin ninguna formación marxista; lo que, por otra parte, me suponía que le importaba un bledo".
FRAGA, "SUMAMENTE INTELIGENTE"
Carrillo recoge en sus memorias la presentación que Mnuel Fraga, entonces líder de AP, le hizo en el foro del Club Siglo XXI, en octubre del 77.
Ambos habían formado parte de la ponencia constitucional y en los Pactos de la Moncloa el dirigente comunista tuvo una actitud deferente hacía el líder conservador, al que define así: "Manuel Fraga era un hombre sumamente inteligente, que se percataba de que el cambio democrático no excluía a priori a nadie y que su pasión por la política podía tener un espacio en el que inevitablemente teníamos que convivir, anque en posiciones políticas opuestas".
Sobre el golpe del 23 F Carrillo hace varias consideraciones. Primero, que no se tiró al suelo cuando le conminó uno de los asaltantes porque "no me sale de los c..." y desmiente que aquella tarde llevara puesto un chaleco antibalas, refutando una afirmación que en tal sentido hizo después el general Fernándo de Santiago.
Segundo, que está convencido que si el entonces general Armada hubiera conseguido llegar al hemiciclo y proponer a los diputados que votaen la formación de su gobierno, muy pocos, entre otros él, lo hubiesen hecho en contra. Y tercero, que "si en la Zarzuela hubiera estado un presidente de la República, en lugar de don Juan Carlos, la democracia había sido aplastada". Carrillo tambien cita lo que el Rey le dijo a Suarez sobre Armada: "No te equivocaste, Armada era el jefe de la conjura".
En las memorias de Santiago Carrillo se aprecian sustancialmente dos formas muy distintas de su participación en política. Una, radical y revolucionara de izquierda durante la Segunda República, la guerra civil y sus años de exilio y, otra, mucho más moderada y comprensiva en la transición, en la que abiertamente reconoce el papel importante que jugaron los reformadores del franquismo en el cambio democrático. Incluso, afirma, que con Carrero Blanco vivo la transición democrática tambien se hubiera llevado a cabo.
Por último, Santiago Carrillo hace referencia a los sucesos de Paracuellos del Jarama, donde en noviembre del 36 fueron asesinados vario miles de oficiales del ejército y civiles que estaban presos en diferentes prisiones de Madrid, cuando él era consejero de Orden Público de la Junta de Defensa presidida por el general Miaja.
PARACUELLOS, UN ENIGMA
Sin embargo, Carrillo pasa casi de puntillas y apenas si dedica unas pocas líneas al tema. Según Carrillo se hizo necesaria la evacuación de los presos que había en la Modelo para impedir que fuesen liberados por las tropas de Mola, asentadas en las cercanías de la Ciudad Universitara. Para esta evacuación: "al final el mando militar destinó algunas fuerzas para escoltar el convoy". Y añade a continuación: "Tardamos varios días en saber que habían sido interceptados y ejecutados, pero nunca llegamos a saber por quién y en aquel momento ni supimos donde...La verdad es que yo he empezado a oír hablar de Paracuellos bastantes años más tarde".
Carrillo afirma que en Madrid y sus alrededores pululaban entonces innumerables patrullas de milicianos incontroladas y que a duras penas la Jnta de Defensa podía ejercer su autoridad en el casco urbano; niega valor al testimonio de quienes confesaron su participación y en todo caso concluye señalando que lo que ocurrió "no tuvo relación de ningún género con la Consejería de Orden Público".
(SERVIMEDIA)
26 Nov 1993
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