Entre estas actuaciones, destaca el furtivismo, fundamentalmente la caza. Las especies más afectadas son el ciervo, el jabalí y, en algunos casos, el águila imperial.

La Estación Biológica de Doñana ya ha advertido en diversas ocasiones del riesgo que entraña para la población de águila imperial, especie en peligro de extinción, la acción de estos cazadores.

Asimismo, las organizaciones ecologistas han dnunciado la muerte por arma de fuego en el interior del parque no sólo de águilas, sino también de otras rapaces, como el buitre leonado.

Además de la caza, los conservacionistas han advertido sobre la existencia de otras prácticas furtivas en Doñana, entre las que citan el marisqueo y la pesca ilegal.

Los mariscadores y pescadores furtivos suelen realizar sus capturas en zonas donde está prohibida la pesca de cualquier especie.