Los incidentes se produjeron al término de una manifestación que, convocada por diversos colectivos antimilitaristas, partió a la una del mediodía de la plaza del Castillo y, tras recorrer diversas calles del centro de la ciudad, concluyó frente a la cárcel.

Los manifestantes rodearon el recinto penitenciario y un numeroso grupo de insumisos se situó frente a la puerta principal de entrada, impidiendo el acceso al centro. En ese momento llegó al lugar un ehículo policial camuflado, que, según confirmaron posteriormente fuentes oficiales, estaba ocupado por guardias civiles de paisano.

El automóvil pasó por encima de una de las pancartas que sostenían los manifestantes y éstos respondieron lanzando piedras contra el coche, que resultó con una luna rota y diversos desperfectos en la chapa. Uno de los guardias civiles salió del interior y, tras cargar su pistola, realizó seis disparos al aire.

Según indicaron fuentes del Movimiento de Objeción de Cociencia (MOC), cuatro furgonetas de la Policía Nacional hicieron aparición en el lugar y dispersaron a los concentrados haciendo uso de abundante material antidisturbio.