Esta decisión se corresponde con las abundantes lluvias de los últimos meses que han propiciado un aumento de la vegetación y, por tanto, del riesgo de incendios.

Con carácter especial durante este verano, la Dirección General de la Guardia Civil ha dispuesto paralelamente la participación del Servicio de Montaña, la Agrupación de Tráfico, los Grupos Rurales de Seguridad, El Escuadrón de Caballería y la Agrupación de Helicópteros, que se umarán a los servicios habituales de lucha contra incendios forestales que centraba la labor del Seprona.

Los efectivos de la Guardia Civil se responsabilizarán directamente de impedir las labores agrícolas y ganaderas no autorizadas o realizadas sin adoptar las suficientes medidas de seguridad en el empleo del fuego por parte de los campesinos para ahuyentar a los animales que causan daños en los ganados, así como el uso que hacen los cazadores para facilitar su tarea.

Asimismo se perseguirá la uema no autorizada de vertederos de basuras, el arrojo de colillas o fósforos encendidos al suelo y desde los automóviles, y el empleo de maquinaria agrícola o industrial que sea susceptible que provocar incendios en el medio rural.

Los agentes de la Benemérita perseguirán con especial celo a los propietarios de vehículos con tubos de escape ineficaces o cuyo deterioro permita la emisión de chispas. Del mismo modo, se controlará el lanzamiento de productos pirotécnicos o el encendido de hogueras en fistas y romerías, sin la precaución necesaria.

También será objeto de control el empleo no autorizado de ahumadores o de sistemas que produzcan o emitan pavesas incendiarias en las labores de apicultura, sobre todo, cuando éstas se efectúen en las horas más calurosas del día.

Los agentes de la Guardia Civil también podrán requerir la identificación de cualquier persona y vehículo que acceda o transite por zonas cubiertas de vegetación o se dirijan a ellas.