Al término de a primera reunión, el secretario general del Grupo Socialista, Jesús Caldera, destacó la voluntad de diálogo mostrada por todas las fuerzas políticas y señaló que la reforma reglamentaria es esencial para que los parlamentarios se hagan acreedores de la confianza que los ciudadanos han depositado en ellos.

La ponencia continuará sus actividades la semana próxima, con el análisis del título preliminar y los artículos del 1 al 5 del Reglamento, tomando como base un dictamen elaborado en 1993 por la Comiión del Reglamento, que no pudo pasar al pleno por las disolución de las cámaras.

Caldera explicó que a este trabajo se irán incorporando tanto las resoluciones de la Presidencia del Congreso, como los usos parlamentarios elaborados en la anterior legislatura y las propuestas que formulen los grupos políticos.

"Hay un gran ánimo en el consenso general y muchas ganas de que el Reglamento se reforme y se apruebe", señaló el dirigente socialista, quien añadió que el horizonte temporal marcado por lo grupos es que la reforma esté acabada a finales de año, con el fin de que el 1 de enero de 1997 el nuevo Reglemanto esté en vigor.

Por otra parte, Caldera aseguró que en la reunión de hoy no se trató del polémico asunto de la subida del sueldo de los parlamentarios.

El portavoz del PP en la ponencia, Mauro Varela, subrayó la importancia de modificar el actual Reglamento para adaptarlo "a los nuevos tiempos" y aseguró que su grupo pondrá el acento en el capítulo relativo a los deberes de los dipuados.