Los expertos no harán públicas sus conclusiones hasta el año 2000, en un congreso que se celebrará en Creta. Los estudiosos tendrán que tener en cuenta los distintos hábitos alimenticios y factores culturales de los Estados miembros.

Lo integrantes del programa deberán analizar las pautas alimenticias dictadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma en 1992. Este documento contiene estrategias para la mejora de las dietas y el consumo de alimentos en todo el mundo.

Según los estudiosos, las pautas dietéticas deberán basarse más en las comidas que en los nutrientes, ya que sólo así se puede tener en cuenta la diversidad cultural, étnica social y familiar de las dietas y deberán adaptarse a la capacidad de gasto y tiempo de éstas.

Los expertos creen que estas pautas sólo tendrán éxito si la población ha sido antes preparada para ellas y que es importante conocer las costumbres de los grupos de población de cada país y no aplicar a todos las mismas medidas.