Los farmacéuticos explican que estos productos suelen estar compuestos por varios principios activos: un analgésico (para aliviar el dolor), un antiperético (para disminuir la fiebre), un antitusígeno (contra la tos) y un antihitamínico (para aliviar la congestión.

Estas medicinas, que se venden sin receta médica, presentan efectos secundarios, como sequedad de boca, somnolencia, aumento de la tensión arterial o falta de apetito. Raramente pueden presentarse reacciones alérgicas en la piel.

Recuerdan que la mayoría de los expertos coinciden en señalar que la vacunación antigripal es la mejor arma para combatir la gripe. En las personas que ya han sido contagiadas, la vacuna resulta ineficaz y generalmente el cuadro gripal se desarrolla de forma benigna, slvo en personas mayores o en aquellas con otras enfermedades, especialmente cardiovasculares y respiratorias.

Cuando se desarrollan los síntomas de la gripe, la mejor opción recomendada por los médicos es el reposo en cama y, eventualmente, el uso de ciertos medicamentos para disminuir o anular los principales síntomas.

Por otro lado, recuerdan que la utilización de antibióticos no aporta ningún beneficio en el tratamiento de la gripe, debido a que éstos no actúan sobre los virus. Unicamente son rescritos por el médico en aquellos casos en los que se produzcan complicaciones en el cuadro gripal, como neumonías, bronquitis, etc.