Con esta protesta, la organización ecologista quiere conseguir que el ayuntamiento bilbaino abandone el proyecto de construcción de la incineradora de Zabalgarbi, de las mismas características que la balear y que estará situada en Artigas.

Pablo Mascareñas, responsable de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace, declaró a Servimedia que "con esto queremos alertar al ayuntamiento y a los bilbainos del problema que va a generar la incineración de ls residuos y con ello la producción de cenizas que son tóxicas y peligrosas".

Mascareñas dijo que la organización ecologista va a continuar trabajando para que el Ayuntamiento de Bilbao abandone el proyecto de Zabalgarbi y opte por una alternativa que pase por el reciclaje de estos residuos.