Según un comunicado hecho público pr esta organización, a pesar de la muy escasa presencia de la armada ex soviética, en el Mediterráneo continúan navegando una media de 8 unidades de guerra dotadas de propulsión nuclear, pertenecientes a las marinas de EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia.

Ante esta situación, Greenpeace pide a la comunidad internacional, y a los países mediterráneos en particular, que se prohiba la navegación de barcos y submarinos de propulsión nuclear en este mar.

En opinión de Xavier Pastor, presidente de Greeneace-España, "estas flotas, hoy por hoy, se muestran incapaces de resolver tres grandes problemas. El primero, de legitimidad, ¿a quién defienden y de quién?; el segundo, de gestión de sus residuos radiactivos y del proceso de desmantelamiento de los buques que han acabado su periodo de actividad, y el tercero, de seguridad".

"El Gobierno español", añadió Pastor, "debería darse por aludido en este accidente y denegar a partir de ahora los permisos de escala a buques y submarinos portadores de armas nuleares o propulsados por energía nuclear".

Greenpeace está realizando un exhaustivo seguimiento del accidente del "Emeraude" y, en general, de los problemas de seguridad que padece la marina francesa, ya que en el último año tres submarinos nucleares franceses han sufrido graves accidentes.