Carlos Bravo, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, en declaraciones a Servimedia, calificó de "muy grave" el choque entre dos submarinos con armamento nuclear, uno británico y otro francés, en aguas del Atlántico, ocurrido el pasado 4 de febrero, aunque ambos gobiernos comunicaron este incidente ayer.

"Al parecer los dos submarinos iban a velocidad muy baja y por eso no ha habido consecuencias, bueno, eso es lo que dicen. Pero si uno de ellos se hubiera hundido, se habría producido un chernóbil marino. Además, si uno de los submarinos hubiera estallado, o alguno de sus misiles nucleares se hubiera disparado, se habría producido un maremoto de consecuencias incalculables", añadió Bravo.

"Estos submarinos, preciso Bravo, son armas letales que circulan sin control por los océanos. Son situaciones de riesgo que pueden generar un impacto muy grave en el medio ambiente y a la población. Si hay fugas radioactivas los bancos de peces pueden desaparecer. Se han producido ya muchos accidentes con submarinos nucleares y los gobiernos no hacen nada", concluyó.