GREENPEACE PDE A RUIZ-GALLARDON QUE DEFIENDA EL RECICLAJE DE BASURAS EN LUGAR DE LA INCINERADORA DE VALDEMINGOMEZ
- Además de no contaminar, la recogida selectiva crearía más puestos de trabajo
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Greenpeace ha enviado una carta al presidente del Grupo Popular en la Asamblea de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, para informarle de los graves efectos que la incineradora de residuo sólidos urbanos (RSU) de Valdemingómez ocasionará sobre el medio ambiente y la salud de los madrileños.
Desde que comenzó la campaña contra la incineradora, Greenpeace ha mantenido informados a todos los partidos políticos representados en el Ayuntamiento y la Asamblea de Madrid de los efectos perjudiciales de la incineración de los RSU sobre el medio ambiente y la salud pública, así como de las posibilidades de otras alternativas no contaminantes.
Para la organización ecologista, la incineració supone un derroche de recursos y energía, y frena el desarrollo de un programa de recogida selectiva, compostaje y reciclaje, y con ello la posibilidad de crear un mayor número de puestos de trabajo.
Según Greenpeace, 50.000 ciudadanos de la Comunidad de Madrid han manifestado su oposición a la incineración de los residuos y, en particular, a la incineradora de Valdemingómez. Por otra parte, profesionales de la sanidad, incluída la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, que agrupa a 1.200 iembros, han firmado un manifiesto en contra de la incineración.
Oliva Núñez, responsable de salud y medio ambiente de Greenpeace España, afirmó que "un programa político que tenga como premisa la protección del medio ambiente y la salud pública de los ciudadanos no puede incluir la incineración como forma de tratamiento de los residuos, cuando, además, existe un amplio rechazo a este sistema entre diferentes sectores sociales, incluyendo a profesionales de la sanidad".
RESIDUOS TOXICOS
Por otr lado, Greenpeace ha solicitado a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha que rechace la construcción de una incineradora de residuos tóxicos y peligrosos en Ocaña (Toledo).
La empresa francesa de gestión de residuos tóxicos SARP ha presentado formalmente el proyecto de incineradora ante la Junta de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Ocaña.
SARP pretende instalar un centro donde se almacenen, traten, incineren y viertan todo tipo de residuos tóxicos y peligrosos, al y como proponía el último Plan Nacional de Residuos Industriales, rechazado por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente el pasado mes de enero.
Greenpeace informa en una carta dirigida a la Dirección General de Calidad Ambiental de Castilla-La Mancha de los graves impactos que esta instalación provocará sobre la salud pública, el medio ambiente y la economía de la comarca de Ocaña.
Estos graves impactos se deben a las emisiones de sustancias extremadamente tóxicas al entorno, a través de losgases, aguas residuales y cenizas, así como durante los accidentes y vertidos que pueden producirse durante el transporte y almacenamiento de los residuos tóxicos.
Los ecologistas estiman que Castilla-La Mancha, una de las comunidades autónomas que menos residuos genera, necesita un programa para prevenir la contaminación en sus industrias y no un centro para el tratamiento de los residuos tóxicos generados en las industrias que utilizan procesos de producción sucios en toda España.
"Esperamos qu la Junta de Castilla-La Mancha rechace este proyecto al igual que rechazó el de Almadén y que haga ver así a las empresas que negocian con residuos tóxicos, como SARP, que la región no necesita sus contaminantes servicios", declaró Juan López de Uralde, director de campañas de Greenpeace en España.
(SERVIMEDIA)
12 Ago 1994
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