Los ecologistas exigen al Consell Insular de Mallorca la paralización de este proyecto y la puesta en marcha de un programa de recogida selectiva y reciclaje de las basuras.

La acción de protesta comenzó a las 10 horas de la mañana, cuando un grupo de voluntarios se introducía por sorpresa en el recinto y paralizaba las obras encadenándose a la maquinaria.

Simultáneamente, otro rupo de activistas instalaba un campamento en el tejado de la planta, mientras tres escaladores descogaban desde la chimenea, de más de 40 metros de altura, una pancarta en la cual se podía leer "Incineración No".

Los escaladores se han colgado de la pancarta, imposibilitando así su retirada, y los voluntarios de la grúa y del campamento se han encadenado en lo alto de la grúa y del tejado lo que dificulta su desalojo.

Según fuentes de Greenpeace, los activistas disponen de víveres para mantener aralizadas indefinidamente las obras, ya que "la incineración es una amenaza para la salud pública y el medio ambiente de las presentes y futuras generaciones".

"Nuestra intención", afirmó el presidente de Greenpeace España, Xavier Pastor, "es permanecer paralizando estas obras hasta que el Consell Insular de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma de Mallorca respondan a las demandas de los ciudadanos a los que representan, paralizando las obras de construcción de la incineradora de Son Reus y poniendo e marcha un programa de recogida selectiva en origen, compostaje y reciclaje de las basuras".