La expedición pacifista, que navega hacia los atolones de Moruroa y Fangataufa, está capitaneada por el español Joan Guitart.

Según ls conservacionistas, la base simboliza la oposición de esta organización a la producción y ensayo de nuevas y más sofisticadas armas nucleares.

Los ecologistas argumentaron que el fin de la "guerra fría", la Guerra del Golfo y el reciente tratado de amistad firmado entre los presidentes de Francia, Francois Miterrand, y Rusia, Boris Yeltsin, "demuestran que la disuasión nuclear es un anacronismo".

Greenpeace aprovechará su estancia en la zona para realizar un programa de evaluación ambiental y esudiar el impacto que han provocado los ensayos anteriores.

Los responsables de esta organización aseguran que durante los últimos años se han realizado más de 120 explosiones bajo los atolones de Moruroa y Fangataufa.

El equipo analizará la incidencia que ha tenido la presencia del ser humano sobre los arrecifes de coral, examinará el vertido de residuos radiactivos y peligrosos y efectuará un control de la fauna y flora.

Stephanie Mills, responsable de la campaña antinuclear de la organizacón conservacionista, aseguró que intentarán establecer el campamento cerca del lugar en el que las autoridades francesas piensan ejecutar la próxima prueba nuclear, probablemente en mayo.

"Es una expresión", dijo, "de nuestra decepción por el hecho de que el país galo no haya querido asumir la oportunidad histórica, generada por la moratoria rusa, de acabar con una era de amenaza nuclear".

Para Mills, "Francia continúa con su adicción a las armas nucleares, adquirida durante la 'guerra fría', y bsca un nuevo concepto, el de una disuasión nuclear común europea, para justificar el desarrollo de nuevas bombas".