Según la organización ecologista, poco después de la agresión injustificada por parte de la armada francesa hacia las lanchas neumáticas y el buque Rainbow Warrior, éste atravesó una mancha de petróleo y basuras ensuciando el mar, que parecían proceder de uno de los barcos que le habían atacado cuando se encontraba en una misión pacífica de observación del impacto ecológico de las redes de deriva.

La tripulación del Rainbow Warrior recogió por medio de sus zodiacs las bolsas de basura y pudieroncomprobar que procedían del buque "l'Enseigne de Vaisseay Jacoubet" al encontrarse libros de contabilidad con su membrete en las bolsas de plástico.

La Convención MARPOL, de la Organización Marítima Internacional (OMI) a la cual pertenece Francia, prohibe formalmente tirar plásticos al mar.

Por lo tanto, Greenpeace ha devuelto los papeles de "l'Enseigne de Vaisseau Jacoubet", así como una cinta de vídeo, en la cual se puede apreciar en qué circunstancias fueron halladas las bolsas de basura al Miisterio de Defensa francés, pidiéndole que tome medidas hacia uno de sus buques que no respeta las leyes internacionales y ensucia los océanos.

"Es particularmente chocante constatar que los buques cuyo cometido es hacer respetar los acuerdos internacionales se permiten violarlos con toda impunidad", declaró Arnaud Apoteker, portavoz francés a bordo del Rainbow Warrior.

"Estamos escandalizados por la actitud de la Marina Francesa que, después de un ataque totalmente injustificado contra el buque e una asociación que trabaja en defensa del medio ambiente, se permite ensuciar el mar delante de nuestras narices" comentó Xavier Pastor, coordinador a bordo del Rainbow Warrior.