El pasado 20 de abril, según los ecologistas, el petrolero "Campo Bierzo" arrojó al mar, como consecuencia de la limpieza de sus depósitos, residuos compuestos por un producto anticorrosivo y restos de hidrocarburos, al tatarse de un petrolero.

Greenpeace recordó que el vertido de este tipo de residuos procedentes del lavado de tanques está prohibido por la Ley de Puertos y la Marina Mercante de 1992 y por el convenio internacional MARPOL de 1973 para la prevención de la contaminación marina por buques, que ha sido firmado y ratificado por el Gobierno español.

A juicio de Olivia Núñez, portavoz de Greenpeace, a pesar de que el vertido incumple la legislación nacional e internacional y que puede ocasionar efectos erjudiciales para los ecosistemas marinos, "la autoridad competente (Capitanía Marítima de Menorca) ha demostrado con su actitud una dejación de funciones y un desconocimiento de la normativa en materia de contaminación por buques".

La organización ecologista internacional considera lamentable que se siga considerando el mar como un vertedero y opina que hechos como este "ponen de manifiesto la poca voluntad de las administraciones de cumplir con rigor los convenios y de tomar medidas para evitar la cntaminación marina".