Además, la organización ecologista defendió la "ecotasa" que se aplica en Balerares y aeguró que "no existe ninguna relación entre el número de visitantes y la vigencia de una medida que tan sólo pretende paliar los efectos negativos del turismo sobre el medio ambiente".

Por otro lado, los responsables de Greenpeace cuestionaron la eficacia del Plan Hidrológico Nacional (PHN), "que está más asociado a un modelo de desarrollo urbanístico y turístico en el levate español que a cualquier otro cosa".

Según la organización ecologista, las principales amenazas que afectan a nuestras costas son los nuevos proyectos de urbanización, la destrucción de playas y la ocupación de la franja costera, así como la contaminación y los vertidos que asfixian el litoral.

Entre los datos que incluye el informe destacan 26 playas con mala calidad de las aguas, 26 vertidos ilegales al mar, 6 emisarios submarinos, 50 puntos en los que se va a urbanizar, 71 nuevos campos de glf, 31 puertos deportivos, 31 ampliaciones o construcciones de puertos comerciales y 44 centrales térmicas.

El director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, declaró en rueda de prensa que, "desgraciadamente, el ministerio no está ejerciendo su mandato de proteger las costas, y en algunos casos incluso es un agente activo de su destrucción".

Por su parte, María José Caballero, responsable de la Campaña de Costas de Greenpeace, precisó que "la protección del litoral debe ser tomadaen serio. La situación se agrava cada año y los responsables no hacen nada por solucionarlo". "De nada sirven las campañas del ministerio, con sus vistosas demoliciones de edificios, si siguen autorizando la destrucción de la costa".

"Es incomprensible la actitud del Gobierno. Deberían ser los primeros en saber que la destrucción de la costa sólo beneficia a unos pocos, y que su conservación es la mejor garantía de futuro", añadió Caballero.