Según Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace, "una lectura atenta de los informes del CSN permite descubrir las numrosas contradicciones y falsedades en que están incurriendo Nuclenor y el CSN en su afán de minimizar la gravedad del problema de agrietamiento que hemos denunciado".

Los ecologistas también pusieron en duda la independencia que mantiene el CSN respecto a Nuclenor y volvieron a solicitar que la central paralice toda su actividad hasta que se resuelvan los problemas que presenta.

El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Donato Fuejo, reconoció ayer en el Senado la existencia de grieta en 41 penetraciones a la tapa de la vasija de Garoña, pero afirmó que la solución aplicada hace que no entrañen ningún tipo de riesgo para la seguridad.

Por el contrario, Greenpeace mantiene que el sellado de los tubos afectados por la apariciónde fisuras no impide el avance de éstas ni la aparición de nuevas grietas.

Asimismo, destaca que mientras un informe del CSN de 1993 señala que las grietas "no afectan a la integridad estructural de la vasija del reactor",otro de 1983 indica que "este fnómeno representa un deterioro estructural del fondo de la vasija del reactor, que es preciso controlar".

Para Carlos Bravo, "resulta sospechosa tanta contradicción por parte del CSN. Quizá sea necesario recordar a este organismo, teóricamente responsable de la seguridad nuclear en el Estado español, que no debe anteponer los intereses de las compañías eléctricas al de la seguridad de los ciudadanos".