Greenpeace interpretó el anuncio de Japón como una represalia por el fracaso que cosechó en la reuniión del Convenio sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (Cites) hace dos semanas en Nairobi (Kenia), donde se rechazó una propuesta del país asiático para ampliar la caza de estos cetáceos.

Según la organización ecologista, desde que en 1986 la Comisión Ballenera nternacional (CBI) aprobó una moratorio para la caza comercial de estos mamíferos, Japón ha cazado más de 10.700 ejemplares, todos ellos rorcuales aliblancos o ballenas minke.

Sin embargo, este país intenta ampliar ahora las capturas a especies como el cachalote y el rorcual tropical, con 10 y 50 ejemplares, respectivamente, durante los próximos dos años.

Para Ricardo Aguilar, portavoz de Greenpeace, "nuevamente, bajo la denominación de caza científica, Japón vuelve a desafiar a la comunidad intenacional ampliando el número y especies de ballenas. Es una burla más a las leyes internacionales y al sentir de la inmensa mayoría de personas en este planeta".