El atntado, que únicamente causó daños materiales de poca importancia, pudo ser obra de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), según las primeras hipótesis que maneja la policía.

La bomba, compuesta de una pequeña cantidad de cloratita (entre 300 y 500 gramos), estaba oculta en el interior de un bote de conservas que tenía una mecha. El artefacto fue colocado junto a una de las dos puertas de entrada a la oficina, situada en la calle Amor Hermoso (Usera).

La explosión se prdujo hacia las siete menos diez de la mañana y originó desperfectos en el cierre metálico de la puerta y en el techo de escayola del local, donde se registró un gran boquete.

La onda expansiva provocó también la rotura de los cristales de la entrada, que ni siquiera llegaron a caer al suelo.

De acuerdo con las fuentes consultadas por esta agencia, aunque hasta este mediodía ningún grupo se había atribuido la autoría del atentado, todo apunta a que el mismo pudo ser obra de los GRAPO.

Esta bada terrorista reapareció en Madrid el pasado 28 de mayo al hacer estallar tres bombas en la sede de la Federación Socialista Madrileña (FSM) de la calle Santa Engracia, en la junta electoral de zona de la calle Bocángel y en la agencia de noticias Efe.

Tampoco en esta ocasión hubo víctimas, aunque los artefactos causaron importantes daños materiales en los tres edificios que fueron objeto de los atentados.