La investigación revela un fuerte aumento en los últimos años del cultivo doméstico de cannabis para consumo personal, hasta el punto de que representa ya más ue el importado ilegalmente de Marruecos. Se calcula que en Gran Bretaña hay alrededor de 3 millones de consumidores de esta droga.

El estudio identifica cinco tipos diferentes de cultivadores de cannabis, entre ellos quienes lo hacen, por razones médicas, para suministrar la droga a enfermos de esclerosis múltiple, pero también los hay que obtienen importantes ingresos con su venta.

La policía no sigue una política uniforme frente a estos cultivadores ilegales, pero en los casos más graves llega a ser acusados de tráfico de droga, lo que supone una pena mínima de siete años de cárcel.

En el año 2000 se registraron 1.960 delitos de cultivo de cannabis en el Reino Unido, y en 240 casos el asunto llegó a los tribunales y hubo pena de prisión.