Después de un "querida Marisa", Llamazares dice en su carta que "ólo se sorprende quien quiere. No es la primera vez que la gala está marcada por un toque reivindicativo y solidario, porque el corazón de los artistas palpita al unísono con los más hondos sentimientos del pueblo".

"Ante una guerra es difícil, por no decir imposible, que los ciudadanos renuncien a decir lo que piensan. Los intelectuales del cine y del teatro, los artistas en general, tienen además el duende y la obligación de dar palabra y nombre a la opinión popular", prosigue Llamazares.

Consiera por ello normal que en la ceremonia hubiera referencias al paro, al desastre del "Prestige" y "¿cómo no? a los vientos de guerra que soplan por doquier. Y aquí también los artistas han dicho, siempre con dignidad, a qué lado y con quién están. Del lado de la Paz y con la gran mayoría".

Llamazares hace suyas las palabras de la propia Marisa Paredes en el sentido de que "no hay que tener miedo a la cultura ni al entretenimiento, ni a la libertad de expresión, ni mucho menos a la sátira, al humor. Ha que tener miedo a la ignorancia y al dogmatismo. Hay que tener miedo a la guerra".

Lamenta por ello que haya gobernantes "que carecen del sentido del humor" y alerta a Marisa Paredes de la existencia de "voces desabridas que claman venganza e incluso la inspiran. También nosotros estaremos atentos a la renovación del convenio de cooperación con RTVE", responde.

El coordinador general de Izquierda Unida concluye en su carta que algo no va bien en España "cuando el presidente del Gobierno, ese señr bajito, acusa a los disidentes de ladrar su rencor por las esquinas, o cuando la ministra de Cultura os acusa de ser el brazo armado de la oposición. ¿También lo son los 41 Premios Nobel y el Papa, por haber manifestado su oposición a la guerra?", se pregunta.

"Algo nos inquieta cuando el Gobierno nos pide un acto de fe incondicional para la guerra y aplica un auto de fe a quienes se atrevan a discrepar", dice Llamazares, para quien la gala de los Goya devolvió a la sociedad "la dignidad que el Gobirno nos quiere quitar".

Con un "no estáis sólos. Estáis con la mayoría", despide la carta en la que envía un mensaje de "simpatía y solidaridad" a Marisa Paredes y a todo el mundo del cine español.