Aunque no responsabilizó expresamente a nadie de haber iniciado la controversia, lamentó que ahora que "hemos recuperado la ciudadanía" en condiciones de libertad, "estamos otra vez en este enredo".

Para González, España "es el espacio público que compartimos como ciudadanos" y que no era un espacio democrático desde hacía décadas. "El debate sobre España debe ser algo tan importante que no dejamos de discutir sobre ello", insistió.

González hizo estas manifestaciones en el curso de la presentación del libro "Ramón Rubial. Reflexiones", escrito por el veterano dirigente socialista vasco Txiki Benegas y prologado por él mismo.

También Benegas se refirió de manera tangencial al "gran proyecto nacional" que debería alentar la actuación del Gobierno y que fue el objetivo de la política desarrollada por los gabinetes que presidió González.

"Ahora", aseguró, "tenemos un problema de orientación política" y de "flexibilidad" en las actuaciones y decisiones, de manera que los "avances" sean "irreversibles" y "todos podamos estar cómodos" con el resultado.

Tras hacer un elogio de la personalidad humana y política de Rubial, Benegas aseguró que por mucho "relevo generacional" que se propugne en el PSOE, "y que puede ser positivo", "nadie puede jubilarnos de ser socialistas".

VETERANÍA

Entre los asistentes hubo quien interpretó estas palabras como un reproche a los actuales dirigentes del PSOE, que no hicieron acto de presencia en el acto de presentación del libro.

Estuvieron, sin embargo, veteranos dirigentes socialistas, entre los que se encontraban los ex ministros de Interior afectados por los casos GAL y fondos reservados, José Barrionuevo y José Luis Corcuera; el ex ministro de Justicia y actual Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; el ex titular de Economía Carlos Solchaga y la ex ministra de Asuntos Sociales Matilde Fernández.

En los asientos de invitados también se pudo ver al que fuera alcalde de Madrid Juan Barranco, al ex secretario de Organización socialista Cipriá Ciscar, a empresarios vinculados al PSOE como el restaurador Lucio o Germán Álvarez Blanco, y a representantes del mundo de la farándula, como Ramoncín.

Sólo el joven diputado por Vizcaya Eduardo Madina asistió al acto en representación de las nuevas hornadas de políticos del Partido Socialista. Además se dirigió a los asistentes la hija de Rubial, Lentxu, que rememoró pasajes de su vida pública y privada.

Felipe González hizo una glosa emotiva de la personalidad de Rubial y destacó su vitalidad y su carácter nada rencoroso ni revanchista, a la vez vez que elogió sus aptitudes como líder capaz de "hacerse cargo del estado de ánimo de los otros", una condición que "nos diferencia de los primates" y que en la política actual no existe.

Según el ex presidente socialista, esa capacidad de empatía no significa "hacer seguidismo" del estado de ánimo del otro, sino, más bien, sentar las bases para cambiarlo "sin ser sectario ni mercenario".

Destacó también su capacidad para el diálogo y el apoyo inequívoco que dio al Gobierno socialista en momentos difíciles frente a "los que lo atacaban". "El lo tenía muy claro", dijo González, "quería que por primera vez en España un gobierno socialista tuviera éxito".

En ese sentido, destacó su papel durante la transición y aseguró que en ese difícil período el entonces líder de la derecha, Manuel Fraga, fue mucho más permeable al acuerdo y al pacto que José María Aznar cuando llegó al poder.

González aseguró tener muchos recuerdos de las conversaciones personales que mantuvo con Rubial y se comprometió a recuperarlas para darlas a conocer en un futuro próximo.