CUMBRE IBEROAMERICA

EL GOBIERNO RENUNCIA A PEDIR EL APOYO POR ESCRITO A LA NEGOCIACIÓN CON ETA PARA NO INVOLUCRAR AL REY

- Zapatero se da por satisfecho con los pronunciamientos por libre de cada país a favor de la paz

MONTEVIDEO (URUGUAY)
SERVIMEDIA

El Gobierno español renuncia finalmente a pedir un apoyo explícito a la negociación con ETA por parte de la XVI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, para no poner en una situación incómoda al Rey Don Juan Carlos, que asiste a la misma, admiten fuentes conocedoras de la negociación entre delegaciones.

Esta mañana oficializó esta postura el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al asegurar en su primera rueda de prensa en Montevideo (Uruguay), que no busca un comunicado ni una mención en la declaración final de la cumbre, porque da ese apoyo por otorgado ya.

"No hay ninguna previsión al respecto", contestó de forma escueta cuando fue preguntado si el Gobierno va a presionar para meter un párrafo sobre la cuestión del proceso de paz en el País Vasco en la declaración final de la cita de Montevideo.

El Ejecutivo "no lo considera necesario" porque todos los gobiernos latinamericanos vienen ratificando su apoyo al final de la violencia, "como España", recalcó Zapatero, lo hizo en los últimos años con los procesos de paz en países afectados por fenómenos de guerrilla.

Lo cierto es que esta postura contrasta con el clima que al respecto se había creado en los días previos a la cumbre. Aunque el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, aseguraba el 20 de octubre en Madrid que no le constaba que España estuviera trabajando para obtener apoyo escrito, lo cierto es que dió a entender que "algo" habría. Y se escudó en el consabido derecho de los presidentes y cancilleres a introducir modificaciones en los textos hasta última hora antes de ser aprobados.

La cuestión volvió a saltar a la luz el martes pasado, cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, reavivó el debate al asegurar que no está en la agenda, "pero ser posible, claro que es posible". "No creo que habría dificultades de sumar el apoyo de todos los jefes de Estado y de Gobierno latinoamericanos al proceso de paz de España", añadió. Era cuestión de hablarlo "en encuentros bilaterales de manera informal".

Horas después, ese mismo martes, Moratinos pareció querer alejar ese asunto de los deseos del Gobierno al matizar, en rueda de prensa con el ministro de Exteriores argelino, Mohamed Bedjaoui, que "corresponde al país anfitrión, Uruguay, y a la Secretaría General Iberoamericana, el incluir o no este tema en la agenda".

Fuentes conocedoras de las negociaciones entre cancillerías explican que al final se ha preferido no usar un acto en el que participa el monarca en un asunto que no suscita consenso entre los dos grandes partidos españoles. Incluso lo ajustado de votación en el Parlamento Europeo habría influído.

Por nada del mundo se quería, explican estas fuentes, reproducir en Montevideo la tensión vividas en la Eurocámara de Estrasburgo durante los días previos al debate de la resolución sobre la negociación con ETA. Menos con el Rey Don Juan Carlos delante y con unos protagonistas del debate tan "heterogéneos", que van desde el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales, al colombiano Alvaro Uribe, conocido por su oposición a la negociación con terroristas.

(SERVIMEDIA)
03 Nov 2006
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