Antes de concretar su informe, el Gobierno ha mantenido varias reuniones con los representantes de los sindicatos y de la patronal, con el objetivo de tantear las distintas posturas de cada parte e intentar conocer hasta dónde cederían en aspectos difíciles como el coste del despido o la rebaja de cotizaciones.

Una vez el Ejecutivo presente su propuesta, y a la espera de que CEOE haga lo mismo, comenzará la fase "más importante" de la negociación, según las mismas fuentes, que debería acabar con un acuerdo que fije los términos en los que se desarrollará esta reforma del mercado de trabajo.

Si bien en un principio el Gobierno había previsto que la reforma estuviera lista antes del verano, los sindicatos creen que será difícil y piensan en septiembre, con tiempo suficiente para incluir las nuevas medidas y su dotación económica en los Presupuestos Generales del Estado para 2006.