Fuentes gubernamentales explicaron a Servimedia que el evento, al que asistieron el Rey Juan Carlos, el Príncipe de Asturias y el presidente del Ejecutivo, "no era un acto de Estado" y, por lo tanto, no se produjo una invitación oficial a partidos e instituciones.

Por este motivo no fueron convocados ni el presidente del Senado, Javier Rojo, ni el presidente del Congreso, Manuel Marín; aunque sí asistieron a iniciativa propia algunos dirigentes políticos como el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares.

Las fuentes consultadas en el Gobierno precisaron que el Partido Popular supo "de primera mano y a primera hora de la tarde" los detalles del acto, por lo que consideran que quien hubiera querido, habría podido ir.

"UNA FALTA DE CONSIDERACIÓN" PARA EL PP

La versión del PP dista parcialmente de la del Gobierno, ya que el partido de Mariano Rajoy considera que su presidente debería haber sido invitado personalmente para estar presente en la llegada de los restos mortales de los soldados.

El vicepresidente segundo de la Comisión de Defensa del Congreso, Arsenio Fernández de Mesa, reconoció a Servimedia haber recibido una llamada telefónica a primera hora de la tarde de la asesora parlamentaria de Bono para indicarle los detalles del acto.

Fernández de Mesa aseguró haber trasladado la información de inmediato a Mariano Rajoy, quien hasta ese momento no había recibido ninguna comunicación por parte del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

El PP considera "una falta de consideración" que Rajoy no fuese invitado expresamente puesto que es el líder de la oposición y, como tal, "es una figura recogida en el protocolo del Estado en un Real Decreto que regula la prelación y la preeminencia de las autoridades del Estado".